jueves, 31 de marzo de 2016

Cerrar puertas

Cerrar puertas... ? Es algo que nunca he sabido muy bien como hacerlo. Yo soy, más bien era, de esas personas que siempre las dejaba entreabiertas por si las moscas. Pero con el tiempo, ves que lo único que lo único que entra ea corriente y pillas algún que otro resfriado. Y después de alguna fiebre es cuando percibes que es hora de cerrarlas. 
Me han cerrado más de una en las narices, con su respectivo portazo, y aun así no aprendía la lección.  Quien se va sin echarlo viene sin llamarlo,  así que si se quiere ir, para que dejar la puerta abierta para su vuelta. Que se quede fuera que es lo que ha elegido. 
De un tiempo a esta parte,  he cerrado más de una que había dejado abierta, no sé  si por la esperanza que vinieran con una disculpa en la mano, o porque no sabía cómo cerrarlas sin hacer ruido y sin que me doliera pasar la llave. Lo difícil es darte cuenta que eres la única que espera mirando la puerta, que los demás se van son mirar atrás, y ahí comprendes que debes cerrarlas y seguir viviendo sin esperar nada más.  
Otra cosa es aprender a abrir las correctas, eso estoy segura que nunca aprenderé,  y no creo que sea por falta de criterio, sino porque desde fuera todas parecen bonitas y no se puede ver bien los fantasmasy demonios escondidos detrás de ellas. 
Seguiré abriéndolas, porque eso forma parte del aprendizaje de la vida, acertar, equivicarse y aprender. 
Cada puerta abre y cierra una historia,  y dejarla abierta a medias es solo una manera de no avanzar y desear que ocurra algo que puede nunca vaya a pasar. 

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