miércoles, 23 de noviembre de 2016

Parada

Nunca habéis sentido la necesidad de parar? Yo hasta hace poco no. Intentar explicar que lo desencadenó,  sería complicado.  Tal vez, la acumulación de cosas, o simplemente replantearse puntos y metas. 
He parado, mirado a mi alrededor, sentándome en el suel,  pensando sin prisa, sin pensar. 
Todo aquel camino recorrido hasta ese instante, ahora se antojaba lejano, y las metas se difuminaban. Era momento de to mar se las cosas con calma, sin aturullamientos varíos,  disfrutar de la parada. Alimentar el alma y fortalecer el cuerpo. Se avecinan cambios, nuevos rutas,  retos por descubrir, expectativas aun por crear. 
Las personas creen que tras  un parón,es difícil ponerse en marcha de nuevo. Fácil no es, aunque si necesario. 
Si nos pasamos caminando constantemente  sin parar, la vida se escapa sin disfrutar las pequeñas cosas. 
Después de esta parada, de sopesar los callos de las pisadas, de curar las heridas pasadas y prevenir las futuras. Y aunque queremos evitar daños venideros, son necesarios para curtirnos en eso que le llaman experiencia vital. 
Ahora me levanto del suelo, me visto las botas y camino de nuevo.... hacia donde?  Hacia donde me lleve el viento y la marea....

jueves, 17 de noviembre de 2016

En silencio.

Callada leo y observo, sintiendo el mismo silencio del otro lado. Notando cómo mira detenidamente cada una de mis palabras y de mis fotografías.  Silencio y más silencio.
Alguna interacción se produce, cuidadosamente elegida para que parezca producida por la casualidad.  Y así seguimos después de tiempo sin dirigirnos la palabra. 
A veces pienso en escribir o llamar. Me detiene el no saber que decir, el quedarme en blanco.  Lo que más paraliza mis ganas, es el no controlar la reacción contraria. 
Esto último es lo que más nos bloque a la mayoría para hacer lo que dicta el corazón,  el seguir un impulso, lanzarse a la piscina sin mirar sus profundidad. 
Y así seguimos, tú  me observas,  yo dejo que lo hagas. Yo te observo , tú  haces que no te enteras. 
Cuanto tiempo  alargaremos este mirar sin creer ser visto? 
Por una extraña razón intento vencer el impulso, las ganas de preguntar, de saber. Y me quedo observando sin decir nad, en silencio.

jueves, 3 de noviembre de 2016

Hay días

Hay días, días en los que no eres tú, días en los que no te apetece nada más que el silencio. 
Días en los que te gustaría la soledad cómo compañía. 
Días en los que hablar es un esfuerzo innecesario, que no compensa que fluyan las palabras. 
Hay días en los que no quieres ni que tu sombra te acompañe.  
Hay días en los que no te pasa nada y te pasa de todo. 
Días en los que te gustaría tener un motivo para llorar y así poder limpiar la nube que llena tus ojos. 
Hay días, días en lo que no sabes explicar lo que te pasa, y tampoco te apetece haverlo.  
Hay días,  en los que no eres más que un esector que camina sin rumbo.
Días  en los que te levantas y pareces el autómata dirigido por otro. 
Hay días,  y hoy es uno de eso días que no sabes que pasa y no quieres saberlo.