Alguna interacción se produce, cuidadosamente elegida para que parezca producida por la casualidad. Y así seguimos después de tiempo sin dirigirnos la palabra.
A veces pienso en escribir o llamar. Me detiene el no saber que decir, el quedarme en blanco. Lo que más paraliza mis ganas, es el no controlar la reacción contraria.
Esto último es lo que más nos bloque a la mayoría para hacer lo que dicta el corazón, el seguir un impulso, lanzarse a la piscina sin mirar sus profundidad.
Y así seguimos, tú me observas, yo dejo que lo hagas. Yo te observo , tú haces que no te enteras.
Cuanto tiempo alargaremos este mirar sin creer ser visto?
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