miércoles, 30 de agosto de 2023

Ensemismad@

 Miras y no ves nada, vuelves a mirar y ves calles, arboles, gente coches, farolas.... lleno y vacio; así está tu alredecor. Rodeado de personas y ausente de palabras. Discurren las horas y el tiempo sigue parado, el silencio ruidoso de l ir y venir de los demás está ahi.

Estas estancado como un clavo agarrotado, no das un paso, no puedes, no se mueve un músculo pero caminas.... sigues la acera gris, cruzas el paso de peatones, pero estás estático.
Cuando vuelves en ti has llegado a tu destino. ¿Como? Como siempre.



sábado, 26 de agosto de 2023

Ines

 Y allí estaba, con su vestido blanco de corte veraniego, su pelo corto , al más estilo clásico, sobrio y sin arriesgar.  Aparentaba unos cuantos años más de los que realmente tenía. 

Se acomodó rápidamente en su cama, esperando a que el tiempo pasara todo lo rápido que fuese posible. Pero la desesperación es mala consejera en la espera, y se le hizo eterna la hora. 

Por fin, después de sesenta largos minutos, la vinieron a buscar  y tras sesenta efímeros minutos la volvieron a traer. Adormilada, desorientada y de mal humor, intentó conciliar el sueño.

Cada cierto tiempo, como si estuviese cronometrado, sonaba el teléfono y resucitaba a los muertos que adormecían por el cansancio.  Contestaba, primero de muy mal humor, y se iba ablandando según fluía la conversación. Colgaba y al rato el mismo ritual.  

Más tarde, como era de esperar, llegaron familiares, que cacareaban sobre las vacaciones y las virtudes de su lugar de origen, comparándolo con la tierra de acogida durante el matador agosto.  Se olvidan de los orígenes y se recrean en el nuevo destino.  

Por fin, sus hermosas hijas, hicieron acto de presencia. Primera una, criticando el mal hacer de la otra, que por circunstancias desconocidas, aún no pisara el lugar. 

Cuando ambas muchachas coincidieron, ni se miraron, simplemente se limitaron a sonreírse, mientras por separado se dirigían a su amada madre. 

Aquello era una versión mala de algún trama de berlanga, entré lo cruel y  el humor. Dantesco mientras entretenido a la vez.  

Finalmente, antes de su partida, decidí perderme el ansiado final y quedarme  con un hipotético desarrollo de la historia que solo tendría validez en mi mente de observador indiscreto. 

Quien sabe si algún día, en otro sitio o en momento diferente, volveremos a coincidir. 




viernes, 25 de agosto de 2023

Volver

 Se descalzó  y empezó a caminar por la carretera. El asfalto estaba caliente. Era una sensación  agradable y al mismo tiempo un poco incomoda. A Marta le gustaba sentir la tierra, el suelo. Su debilidad caminar descalza.

Sus zapatillas en su mano, y una sonrisa en sus labios, y un paso tras otro. Por unos instantes era libre. Su pensamiento no existía,  estaba disfrutando del momento. Miraba el paisaje, las montañas, las casa. Las observaba cómo si nunca los hubiera visto. Era su pueblo donde había crecido, donde había nacido, y de donde había huido.
Todo parecía tener un color diferente, una luz distinta. Miraba a su alrededor con ojos de niña que descubre un nuevo lugar.
Marta caminaba sin destino, sin rumbo. Era un paseo por los recuerdos, por encontrarse de nuevo.
No recordó cruzarse con nadie, aunque tiempo después  las murmuraciones de sus vecinos, le demostrarían que había sido vista y observada. 
Habían pasado años desde que se había ido de aquel pueblo, al que hoy volvía a caminar por sus calles, por sus carreteras. Entro en la plaza del pueblo, descalza,  con las zapatillas en la mano. Se sentó en un banco y miró sus pies. Estaban sucios. La fuente enfrente de ella, le invitaban a que los lavara, dudó.  Finalmente aceptó los convencionalismos, se lavó  los pies y se puso las zapatillas. Y se volvió a sentarse en el banco. Y esta vez se preguntó..
Marta por que has vuelto?