lunes, 3 de septiembre de 2018

Dejar de fumar

Me llamo menganita y llevo sin fumar 18 meses y 17 días.
Eso sería mi presentación como si de una reunión de ex fumadores se tratase.
 La primera vez que cogí un cigarrillo entre mis labios debería  de tener unos 14 años.  Pienso, en ese momento no pensé mucho, que lo hice para sentirme mayor.
Era como que el cigarrillo hiciese que me respetaran a los demás. Entiendase por demás  los mismos que se creian mayores siendo unos crios; vaya estupidez ¡¡
Esto es lo que pasa y pasaba cuando uno es un adolescente y cree que se come el mundo. Y la realidad es que el mundo le mete más de un bocado.
 Entre tonteo y tonteo, cigarrito viene cigarrito va,   pasa el tiempo.  Un mes, otro mes, un año, dos años y cuando te descuidas, dejas de ser un fumador  ocasional a convertirte en un fumador en toda regla.
 Empiezas a  comprar el paquete de tabaco. No llega con pedir a tus colegas o gorronear de cuando en vez  si te quedas sin él.
Al meter la mano  en el  bolsillo encuentra un mechero o dos,   y de repente no encuentra ninguno cuando mas te apetece ese cigarrillo.
Y asi van pasando los años . Pero como todo el mundo a tu alrededor fuma tú no lo ves como problema. Además a mi me gustaba fumar, esa sensación de bienestar que me proporcionaba cada calada, su aroma, y en ciertos momentos, era casi imprescindible.
Está socializado, hablo de esa época en que ,  se puede fumar en los hospitales,en las cafeterías, los estudiantes en el recinto del instituto. Se puede fumar en el coche e incluso con los niños dentro, fuman los médicos en su consulta. Se fuma en todos los sitios. Es habitual ver anuncios de tabaco con un chico muy cañon o una chica sexy.
Entonces por qué me voy a plantear yo que fumar está mal? No me lo planteé.
Pero a mi madre no le molaba nada que fumase, las madres son así,  le parecía fatal.  Con lo cual yo me escondía de ella,  y ella me dejaba el tabaco a la vista para que me percatarse de que me había pillado en toda regla.
 y así irán pasando los años , cumplí  18 y seguí  fumando.   Evitándolo hacer  delante de mi madre, más que nada para no escuchar su sermón diario sobre los efectos secundarios o adversos que podrías tener tabaco.
Con el tiempo,  más de una vez me planté dejarlo, porque la verdad, si iba a casa de mi madre podría estar un día entero sin fumar , y ello, no me causaba ningún conflicto. En  mi puesto de trabajo podía estar más de 8 horas sin salir a  fumar.   Realmente era fumadora,  sí que lo era, aunque yo quisiera pensar que no.
Fumadora de hábito, muy de hábito; al acabar el café, al acabar de comer, al acabar de .....
 y así día tras día, lo que no me fumaba en el trabajo, o donde no estaba prohibido,  me lo fumaba el resto del tiempo.
 Referente a las prohibiciones, ha cambiado mucho la cosa desde que yo encendiera mi primer cigarrillo. Ahora se ha prohibido fumar en los hospitales , no se puede fumar en sitios cerrados, en el puesto de trabajo, en cafeterías, en el transporte público  impensable.
  Los anuncios de tabaco han desaparecido de los medios de comunicacion. Y por supuesto se hace una campaña constantemente sobre las consecuencias de fumar, pero la gente sigue fumando igual. Se pueden ver  menores o adolescentes ,como queramos llamarlo,con el cigarrillo la mano y viejos con una tos de camionero encendiendo un pitllo.
 No me molesta que la gente fumé,ni el tabaco en sí, y ya me he ido por los cerros de Úbeda y no he contado cómo he dejado de fuma.
Llevaba más de 20 años fumando,podéis hacer unos cálculos y el tiempo que llevo envenenandome con el tabaco. De cuando paquetitos  he tenido  qye comprar a lo largo de mi vida.
De paso he de decir,  que no veo más ricos aquellos que no han fumado todo este tiempo , pero eso es otra historia.
He tenido fama entre mis amigos de fumadora empedernida, cosa de la  que no reniego.
  Admito que   siempre me ha gustado la sensación que me daba ese cigarrillo,  me sabía a las mil maravillas. Y siempre he dicho que yo no quería dejar de fumar.  Para empezar porque me gustaba,  y hoy a veces  lo echo de menos.
La cosa empezó  en una de las tantas cenas,  esas en las que te juntas con mucha gente  y hablas.... la conversación dio un giro, y el tema era, dejar de fumar.
 Que no había dejado de fumar, otros que si y demás. Y  no se me ocurre decir otra cosa que mi médico me había aconsejado dejar de fumar antes de los 40 , por motivos de salud más que nada .
Hay imaginar la escena ;cigarrillo mano comentando , y diciendo que bueno que tenía un tiempecito por delante para conseguirlo.  Las miradas de todos hacia mí eran , de tu dejar de fumar ni de coña. El autoconvencimiento de ellos era muy grande , de tú nunca lo lograrás dejar ni te lo plantees,  y con pastillas, ni con nada.
 Eso hizo un click en mi cabeza , diciendo yo dejo de fumar cuando quiera , pero me callé dicho comentario.
 Seguimos la cena,  después  de fiesta tomar nuestras copas.
Al día siguiente cuando me levante miré para la cajetilla de tabaco que quedaban cuatro cigarros.  Y me dije no no voy a fumar . Estoy convencida que lo dije por chulería y prepotencia,  en plan de,  no creeis en mí ;vais a flipar.
 Y funcionó , no fume ni ese día, ni al  siguiente, ni al  siguiente del siguiente. .
Eso sí, los primeros quince días me atiborré de chocolate , y así engorde unos cuantos kilillos.
No vamos a mentir,  hubo dias malos pero no,  de subirme por las paredes. No escapé de lis lugsres donde se fumaba. Resumiendo, lo lleve bien.
Cuando les comunique a los que no daban un duro por mí, que llevaba 15 días sin fumar... alucinaron.
Yo creo que hicieron apuestas a ver cuando caía, cuanto tardaba en fumar el orimero.
 Entonces mes a mes fui sumando dias sigo sin malos humos, y comunicándoselo cada mes. Claro,ahora diez meses después , no les crea novedad.
Lo increíble en todo este tiempo es  he cogido un cigarrillo, sólo uno.
 Hay veces que no me acuerdo y  otras que me apetece. Siempre pensé que iba a recaer, pero no .
Ese cigarro que fumé, que intenté fumar fue... su sabor era desagradable y no lo puede acabar.  Tuve que tirarlo y no he vuelto a fumar ninguno.
  Debo admitir que sigo siendo fumadora pues muchas veces sueño con él.
 Me apetece ese cigarrillo después del café o ese cigarrillo cuando estás con la charla con los amigos... y los ves y, piensas una caladita. Pero no  puedo, porque sé que en el momento que sea capaz de fumarme un cigarrillo entero me compraré otra vez el paquete de tabaco.  Y porque no quiero hacerlo,  la simple razón  es que me encuentro bien, respiro mejor tengo mejor paladar y no me canso cuando voy patinando,que es otra historia . He ganado salud, y  digo esto, no estoy haciendo apología de que hay que dejar de fumar, ni que hay que fumar. Cada uno que haga lo que quiera, que ya somos mayorcitos y bastante restricciones tenemos como para someternos a muchas más.
Que fume quien quiera y quien no que no lo haga. Yo seré  siempre fumadora aunque no  fume. Y no me importa que tú enciendes un cigarrillo a mi lado, porque tú libertad no está reñida con la mía.