lunes, 19 de diciembre de 2016

Navidad

En unos días celebraremos la navidad. Digo celebraremos,  y me incluyo, ya que es imposible no entrar en esta noria de consumismo. 
Recuerdo la navidad de mi infancia, con cierta añoranza. No había mucha iluminación.  Mi madre colocaba cada navidad el belén. Le ayudaba a colocar los pastores, el río y demas decoración.  Era como una tradición,  recoger el musgo, desempaquetar las figurillas y recrear el nacimiento.  
En mi infancia no existía papa noel. Era un ser vestido de rojo que salía en las películas americanas,pero no conocía mi dirección,  pensaba que teníatanto trabajo que no conseguía llrgar a tiempo a nuestra casa.  
Los regalos solo llegaban en los Reyes. 
El día cinco, limpiabamos los zapatos, los lustrabamos  y los poníamos en la ventana. 
A la mañana siguiente corríamos a ver que habían dejado. Despertaban os antes de que despuntara el día.  
Normalmente había pocos paquetes, pero la ilusión estaba intacta. 
Recuerdo con añoranza aquel momento. 
Ahora llenamos el árbol de regalos y esperamos que los niños tengan la misma ilusión que nosotros en aquel entonces. Pero el resultado no siempre es ese. Se desilusionan al ver que papa noel no ha traído la consola que pidieron o que las zapatillas que les han dejado no eran de la marca esperada. 
Al final culpamos a los peques,  y la culpa es nuestra que alimentamos ese consumismo, olvidando el verdadero signifiado de estas fechas mágicas. .. compartir; amor, felicidad y estar con los nuestros. 

viernes, 9 de diciembre de 2016

Es mi cumpleaños

Un día como hoy, hace treinta y muchos años, empecé la aventura en esta vida. Resumiendo, cumplo años. 
Siempre me ha gustado celebrarlo,  aunque este año no he planeado nada especial. Me he levanraso con la sensación de un día normal. Tal vez, es cosa de los años, y solo espero dejarme sorprender por los acontecimientos de este día.  
Sorpresas? Habrá alguna, siempre hay sorpresas si uno espera dejarse sorprender. 
Pasan los años, y aunque todo lo vivido me convierte en quien soy, he mirado hacia atrás recordando algunos momentos especiales. 
Las experiencias que vamos teniendo, nos van forjando, y nos dejan recuerdos imborrables, que al traerlos a nuestra mente, más de uno nos hace esbozar una sonrisa. 
El otro día me dieron que me hacía mayor, y no digo que cumplir años no tw haga madurar, pero cada día me encuentro más joven,con más ganas de aprender  y de vivir. 
Es que la edad, es un estado de ánimo y el mio sigue igual de joven que hace veinte años. 
Cumplir años es la realidad de que seguimos vivos y con ganas de seguir caminando.... hacia donde? Hacia donde el sendero de curvas y de cruces nos lleve. 
Hoy como cada 9 de diciembre es mi cumpleaños y como tal... lo voy a celebrar. 

miércoles, 7 de diciembre de 2016

Y todo pasa de nuevo

Y todo pasa.... eso lo aprendemos con el tiempo. No hay desgracia eterna,  ni felicidad que dure para siempre. 
Nos desesperamos ante las dificultades, pensando en que somos los más desgraciados sobre la faz de la tierra. Y cuando pasan los temporales y las tormentas, vemos que no era el fin del mundo y que sobrevivimos. 
Todo ello no quiere decir que no nos queden secuelas, heridas de guerra, y alguna frustración, pero seguimos en pie y caminando. 
Lo mismo ocurre con ese momento de pletórica felicidad,  ese limbo de color de rosa y aroma a nubes de verano. 
Nos rendimos al encanto de la euforia, y olvidamos que nada es para siempre y que todo lo que sube baja. 
No creemos que algo pueda salir mal, pero sale, y la noria de la vida vuelve a girar... 
Y todo pasa de nuevo
...... 

viernes, 2 de diciembre de 2016

Recuerdos

Cuantos recuerdos almacenamos en nuestras casas, cuantas fotografías que hace siglos que no vemos!!!
El otro día me puse a hacer limpieza de cajas del trastero. Y en una de ellas havía cartas de hace veinte años. Veinte años no son nada y son una eternidad.
La primera reacción fue de sorpresa, juraría que no había guardado aquellas cartas, pero la memoria a veces juega a fallarnos.
Había más de cincuenta cartas escritas a mano. Empecé a desempolvar una por una. Mucha de las personas tengo contacto con ellas y otras por circunstancias,  nos felicitamos las navidades, cumpleaños y poco más.
Pasé una tarde entretenida, abriendo cada una de aquellos sobres y leyendo las palabras escritas con bolígrafo y sentimiento.
Eso me hizo pensar en la última vez que escribí una carta a mano, no alcanzo a recordarlo. Y menos aún cuando la recibí.
Ahora con eso de la mensajería rápida,  los correos electrónicos  y el estar tan conectados, perdemos la magia de la conexión lenta, de escribir con calma. La falta de inmediatez,en un mundo donde todo es aquí y ahora, sin espera, sin pausa.
Podría decir que me están entrando ganas de escribir cartas, de puño y letra pero me para el no saber dirección correcta de los destinatarios.
Aunque todo esto me esta dando una idea que a lo mejor pongo ne práctica en breve... por qué no?