martes, 5 de noviembre de 2019

No te reconozco o si.

Te miro y no te reconozco. O si, y no quiero admitirlo.
Eres un ser desconocido, algo extraño e indefinible, para conmigo.
Te escucho hablar y sigues sentando cátedra.  Das lecciones de vida, de cosas que aún no te han tocado ni vivir.
Me sorprende como los culpables de tu fracaso, son otros y tu falta de humildad.
Supongo que todo viene dado , porque a lo largo de tu corta existencia, nadie te ha dicho cuatro verdades. Por no decir no te han dicho ni la primera.
Y sinceramente, no tengo ni ganas, ni tiempo para empezar yo.
Estas sola? Según tú  tu soledad viene dada por ser una persona sincera, con carácter, independiente y no aceptas mediocres en tu vida.
Esto parece mas un discurso de meetic que una descripción real.
Te diré, que la soledad es algo más que estar sola o acompañada. Pero si no tienes gente a tu alrededor tiene más que ver, con tu prepotencia que con tu empatía. Pero eso ya te lo enseñará la vida.
Sigo mirándote y lo te reconozco. O igual si. Y ya te vi ese ramalazo de chulería el primer día que te conocí.
Ya intuí tu marcaje de territorio al primer intento de desmarcarse. Y también cuando ensombrecida a los que te rodeaban.
Lo siento muchacha, tener personalidad es mucho más que la arrogancia. Y como decía mi madre "lo cortés no quita lo valiente", prefiero la humildad a la prepotencia.
Espero que con los años te reconozcas en el espejo, porque intuyo que hace tiempo que lo tienes empañado y ni tu te puede ver en él.