La fortaleza no es aguantar carros y carretas y actuar como si nada me hiciese daño. Si, soy fuerte, pero mi fortaleza no está en seguir de pie cuando me atacan, sino en levantarme cada vez que me caigo y no dejar nunca de levantarme.
Tal vez, y digo tal vez, los últimos acontecimientos sean causa de tus inseguridades, pues no encuentro otra explicación posible. Aunque debo apercibirte de que, siempre existe un punto de inflexión, y este es el mio.
Puedes hacer lo que te venga en gana, saltar, reír, callarte, chillar y las demás ocurrencias que te pasen por la cabeza, pero no esperes a que me inmute.
Y una última cosa, más bien es un consejo, no te lo tomes como una amenaza, pues es simplemente una realidad; valgo más por lo que callo que por lo que cuento. Así que, deja de tocarme las narices que empiezan a inflarseme y me están entrando unas ganas de estornudar mierda que no veas. Ya sabes... haz lo que creas conveniente.