sábado, 16 de mayo de 2015

Maria. puntos suspensivos

Sonó  el teléfono y esta vez debería responder. Demasiado tarde. Un mensaje ya había entrado. " Hola guapa, que tal todo? Cuando puedas hablamos "
Maria miraba el mensaje, y no sabia que hacer. Guapa? Guapa la madre que te parió  y no te puso en tu sitio cuando debiera.
Aunque estaba enfadada y aun dolida, algo la empujaba hacia él.  No creo que fuese su hermosura, tal vez la presentación de la función con la que conseguía que te somieres cómodo y cómplice.  El tenia esa magia, encanto , que ni alguien como Maria era capaz de resistir.
Optó  por responder, " esta semana estaré libre por la mañana "
No esperaba que el llame,  o si. Quería saber, pero tampoco demasiado, pues saber era confirmar lo que su intuición le decía desde hace tiempo. No quería pensar, algo casi imposible. Darle vueltas a sus palabras era casi el pan de cada día.
El como siempre demostrando que  tenía el poder y como tal no llamó, ni al día siguiente, ni al siguiente.  Maria y ya no esperaba que diera la cara, la voz más bien, y para su sorpresa antes de una semana llamo.
Esta vez no iba a ser diferente a las demás.  Tenía una buena excusa, un tanto creíble, su amiga del alma apareció en su casa hecha un mar de lágrimas y él no quiso dejar la sola.
Hasta ahí todo bien. Pero seamos serios, si tú quedas con una persona a la que quieres conocer, con la que hay una conexión,  vas y ese día la dejo plantada sin explicación?  Tengo clara la respuesta y aunque nunca se la dije a Maria,  en el fondo ella la sabía bastante clara. Era obvio que no le importaba, que su intención no era aparecer y mucho menos dar un paso adelante.
Maria escuchó  paciente sus explicaciones, en sus palabras no había reproches, ella no era quien, cada uno debía actuar como creía  oportuno. El estaba convencido que Maria seguía como siempre, pero ya nada era igual, había traicionado su confianza, había cambiado todo aunque todo parecía que seguía igual.
Volvieron las llamadas,  los mensajes de que tal, como te va. Maria le escuchaba, dudaba de sus palabras y se sorprendía de la facilidad para desarrollar las historias  y no entrar contradicciones. Eso le hacía dudar, tal vez eran ciertas sus palabras y todo había sido fruto de las casualidades.
Los días seguían pasando, todo estaba en calma, sin sobresaltos. El reclamaba la presencia , telefónicamente  hablando,  de María,  y ella cada vez estaba menos disponible para él,  pero seguía escuchándolo,  compartiendo minutos e ideas.
Un día,él propuso verse de nuevo, asegurándole que esta vez nada ni nadie le impidiera que se viesen. Maria se reía  para sus adentros pensando en la excusa o justificación de esta ocasión.
Se fue materializando la idea,  el lugar, los días,  y el sitio. Esta vez él  se encargaría de todo, Maria no tenía intención de mover ni un dedo.
También  le hizo saber, que era su última oportunidad, que si no quería ir que no fuese, pero que no jugase más con ella, que estaba cansada de tonterías.  No eran nada y en nada podían quedarse, o sólo  amigos, o lo que fuese, pero no mwntiras.
A toda la exposición de ella el asentía y le daba la razon, mientras intentaba convencerla que esta vez sería diferente, única.
Maria decidió arriesgarse, gastar el último cartucho. Esta sería la última vez y por qué  no iba a salir bien? Habría que averiguarlo.....



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