sábado, 30 de mayo de 2015

Maria. punto y punto

Los días pasaban con una tranquilidad pasmosa. No le sobresaltada el teléfono,  y las ganas de verlo no habían disminuido, simplemente eran diferentes.  Maria estaba convencida que esta vez sería diferente, nada con todas las demás,  y después de tanto tiempo ya tocaba ponerse cara tú  a tú, y olor y de paso quitarse la careta. 
Su vida continuaba un poco hacia adelante , pero necesitaba aclarar aquella historia, los sentimientos despertados y ahora encontrados con un muro que no sabia ni derribar , ni bordear.  
Un día,  hablando , de las miles de veces que hablaban el le dijo que ya tenía fechas,que cuando le iba bien a ella. Miró agenda y le confirmo el penúltimo fin de semana del mes que empezaba. El le pareció una idea genial. Así que ahora solo faltaba ponerse en marcha, y le tocaba a el. 
El quería saber su esta vez tendría compañía o viajaría sola. Maria no supo que contestar, pues ni ella lo sabía.  
Pasaron los días y las semanas, y llegó  la hora de ponerse en marcha. Meter las ilusiones en la maleta,  las mejores galas en la piel y las ideas despejadas. En esta ocasión no pidió compañía,  ni tan siquiera contó que le iría a ver, ya que sus amigas le habían aconsejado que era un fantasma, un mentiroso de los sentimientos y que estaba jugando con ella. 
Maria no podía creer lo,  y no porque las pruebas no apuntas en hacia ahí,  sino porque aceptar eso implicaba admitir que la había engañado descaradamente y no se había dado cuenta.
Se metió en el coche y condujo las horas que le separaban de destino casi sin detenerse,  quería llegar y habían salido al mismo tiempo,  con lo que la hora de llegada sería similar. 
El viaje fue corto, o así le pareció, aparcó buscó el sitio que él le había descrito,  mitad del pueblo, plaza al lado de la iglesia.  El lugar era precioso.  Se sentó  en un banco y esperó.  Una hora, hora y media, hora y cuarenta, dos..... Decidió llamar. Apagado o fuera de cobertura.  Volvió a marcar, rechazó de llamada. Por último un mensaje... " contratiempo, hoy no puedo ir " 
Maria miraba a su alrededor, esperando que fuese una broma y apareciese en cualquier momento.  
Volvió a marcar , nada. Contestame!!!, escribió.  
Nada. No insistió  más.  Maria se dio un garbo por el pueblo,buscando despejarse.  Se subió al coche y siguió la marcha. 
Estaba excesivamente tranquila, por fin había visto la luz. Puso el teléfono en silencio y disfrutó del placer de conducir. Cuando paró  a tomar algo en la área de descanso, comprobó que su teléfono echaba humo. Unos cuantos mensajes, llamadas y todo de el. Maria respondió .. No te preocupes, estoy bien.  Mañana será otro día y ya hablaremos.  
Volvió a subirse al coche , faltaba poco para su destino. Cuando el letrero anunciaba que solo quedaban cinco kilómetros, paró  el coche. Rebusco en su maleta, se cambió,  arregló  el pelo y un poco su rostro, por último una sonrisa y para el coche de nuevo.  
Condujo tranquila aunque no conocía la zona. Preguntó  a la primera persona, y sorpresa iba bien. Aparcó y esperó.  La espera fue corta, alguien se acercaba por al calle,  Maria le clavó  la mirada y él  ni se percató,  iba hablando por teléfono y en otro mundo. Entro el portal y Maria le siguió con la mirada. Al rato picó el timbre.  Si?? Un paquete para. .. Abrió. 
Maria subió.  Al abrir el  la miró  y palidece,  Maria sonrió.  Hola. No me invitas a pasar?
Era la primera vez que ella iba por delante. El estaba descolocado. Maria como si nada. Hablaron, ella sin reproches, para que?. El la invitó a quedarse a dormir. Se quedó,  le analizó,  puso cara , piel , olor y rostro a un fantasma que no era más,  que un hombre solo.  
Al amanecer él  la buscó,  Maria ya no estaba, y encima de la mesa una nota. 
" Te has perdido conocerme , no sabes cuanto te lo agradezco . Te deseo lo mejor. No me llames"
Maria había recuperado la sonrisa y su vida. Empezaba otra historia.......

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