miércoles, 10 de junio de 2015

Por que nos cuesta tanto decir no? No. Sólo son dos letras, un monosílabo y sin embargo se nos atraganta sin llegar a decirla. Y en muchas  veces la cambiamos  por otro monosílabo que no queremos decir pero finalmente decimos, el si. 
Poco a poco estoy aprendiendo a decir no, y no sentirme culpable.  Es que nos han enseñado a ser correctos, amables y ayudar a los demás.  Y eso no está nada mal, siempre y cuando eso no implica dejar nuestras cosas, y hacer algo que no queremos. 
Es que decir no, no es tan sencillo ya que lo tenemos arraigado en nuestro entorno, y en nuestra educación.  
Y si empezamos por decirlo a nuestros amigos, así descubrimos quien nos aprecia de verdad y quien está  a nuestro alrededor por interés.  Si alguien nos quiere de verdad entenderá nuestra negativa y seguirá estando ahí. 
Lo que más no crea conflicto en decir si,  cuando queremos decir no, es que apreciamos que ayudamos a los demás cuando dejamos nuestras cosas son hacer. Es como si no nos respetas eso a nosotros mismos, primero debieran ser nuestra necesidades y despues cubrir la de los demás.  
Cuando aprendemos a decir no, comenzamos a controlar nuestra vida y nuestra autoestima se refuerza y poco a poco somos más felices. 
Y eso poco a poco libera el estrés al que nos sometemos al hacer y estar por los demás , sin ser capaces de decir no. Debemos aprender a priorizar, cosa que al principio nos costará pero poco a poco saldrá solo. 
Cada día intento ser consecuente y empiezo a decir no, un no con una sonrisa, un no que conlleva ahora no pero si en otro momento. Un no que ayuda a que sea un poco más feliz cada día.  
Por qué cuesta tanto decir no? Y que a gusto se queda uno cuando lo dice? 


No hay comentarios:

Publicar un comentario