Te pasas la vida planeando lo que va a pasar y de repente todos los planes varían. La vida es eso, un tira y afloja de lo que queremos y va a ser. Y a que viene tal reflexión? Pues aunque no soy mucho de hospitales , estoy en uno de ellos mientras escribo estas líneas. No me ha pasado nada, estoy bien de alud, o no tan bien. El caso es que he venido de visita, cosa que tampoco me gusta mucho. Los hospitales no son para visitar, eso se hace en casa y cuando el enfermo lo permite. Venir aquí es invadir su espacio sin pedir permiso y son darle opción a echarnos fuera, decirnos que no somos bien recibidos, o mandarnos a la mierda directamente. A veces los hospitales, las habitaciones parecen más un patio de vecinos que un lugar de silencio y de respeto a la gente que se no se encuentra bien.
Después de mi opinión de las visitas, y no entro a calificar a los visitadores, cada uno tiene sus razones y no soy quien para opinar de ellos. Hablo desde el punto de que alguna vez fui enferma, nada más.
Pues bien, estoy de visita, de visita a un familiar que le han ingresado porque después de muchos años intentándolo por fin se iba a cumplir su sueño; ser mamá.
Y aquí estoy, donde dentro de unos meses tendría que ser la visita más feliz y porque habían llegado a la meta después de un largo camino. El camino está siendo largo y duro. Y lo que en principio iban a ser dos, puede ser uno o ninguno. Y ahí están ellos, a expensas e lo que el destino les tiene preparado. Ellos ya habían planeado, ya habían pasado por esto otra vez, aunque ahora las fuerzas flaquean y no sé cómo darles energía. No salen las palabras, solo acompañarles en la medida de lo posible.
Y no puedo evitar pensar en esas personas que se pasan por allí, para cumplir, quedar bien, olvidando lo importante, el enfermo, el que esta postrado en la cama y que lo menos ganas tiene es que le saturen la habitación y la mente.
Cuando vuelvas al hospital a ver a alguien recuerda, que hoy eres visita y mañana seras paciente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario