No puedo,ni debo culparte de mis decisiones. Tú no me obligaste y nunca me pediste nada porque nada me diste. Esperabas que estuviese ahí, y ahí estaba yo, obediente, sumisa y complaciente. Aceptaba tus migas como si manjares fueran. Me quedaba siempre con hambre y sabia que no me saciaría con restos de los que otros se alimentaban.
Cuántas veces creí tus mentiras y sabia que no eran más que farsas de la comedia del teatro del pueblo. Y ahora con el paso del tiempo, pienso que no perdí mi tiempo, pues yo me creí tus palabras, tus anhelos, tus sueños.... todo lo que tu te inventabas para la ocasión sin importarte jugar con los sentimientos de los demás. Cuántas veces deje de hacer mis planes, por acompañarte en tu soledad, en tu tristeza. Que con el tiempo comprendí que era una tristeza buscada y una soledad merecida por tus actos.
Cuántas tiempo perdí contigo , creyendo que íbamos a algún lugar y sólo nos movamos en un escenario que creaste con gran imaginación y lleno de decorados increíbles.
Cuántas veces te quité la máscara del personaje y vi a la persona. Huiste pata volver a mimetizarte con lo que vendes pues no erre capaz de reconocer tu reflejo en el espejo.
Cuántas veces esperé esa llamada que nunca se producía a sabiendas que yo la esperaba. Cuántas veces jugaste conmigo. Cuántas veces te has reído de mi y no conmigo.
Cuántas veces, cuantas veces que prefiero no recordar y olvidarlas casi todas.
Y ahora con la distancia que todo lo muestra de otra manera, me pregunto... Cuántas veces te has mirado al espejo y te has reconocido?
Yo, me miro cada día y cada día me gusta lo que soy. No sé si tu puedes responder lo mismo y la verdad es que ha dejado de importarme.
Todas veces, todos eses momentos, todo ese tiempo era yo, no un personaje prefabricado lleno de cosas y sentimientos falsos y llenos de maquillaje... Cuántas veces te has puesto el traje de otro por no ser tú.
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