Pocas cosas han hecho, o ninguna , que tenga tanta animadversión. Odio, odiar, despertarlo o que alguien despierte eso, ufff da mal cuerpo.
La vida no no es todo color de rosa, pero tampoco gris. Las cosas son de diferentes colores y a veces de todos juntos. Muchas veces de ninguno de nuestro agrado y aun así podemos soportarlo.
Odiar, te quita energía, te hace estar triste, amargado. El odio se apodera de tu interior, se alimenta de tu ilusión haciéndola desaparecer por completo. Crece al ritmo que merma tu positivismo. Te vuelve oscuro, gris, sin luz. Te envuelve en una nube de tormenta constante sin dejarte ver el sol, ni que un rayo se cuele en tanta negatividad.
Nada, ni nadie ha despertado tan mal sentimiento, y espero no haberlo producido en nadie. Eso no quiere ecir que no me hiciesen daño, que no haya sufrido y muchas veces en manos de alguien que apreciaba y con toda la mala intención posible. Y aún ahí, no pude albergar odio en mi interior. Si deseé, le deseé lo pero durante un breve instante. Me quitaba vida, ilusión, esperanza, alegría, bienestar. .. y al final el daño hecho era mayor y más duradero en el tiempo.
La vida es muy corta y de tiempo indeterminado como para gastarla en odios, rencores, rabietas, ojerizas y demas sentimientos que no son más que un veneno físico y mental. Seré una ilusa pero prefiero ver el lado bueno de las cosas que lo malo ya viene solo.
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