martes, 10 de febrero de 2015

La vida

La vida es uno de los valores más preciados del ser humano. Quien la desprecia, o no la valora, ya se define solo, se define como cualquier cosa, pero nunca como persona.
Nacemos involuntariamente, es decir, nadie decide nacer, lo hacen por nosotros, con lo cual somos ajenos a ello.
Durante algún tiempo,  somos marionetas, seres indefensos. Después crecemos, nos vinculados,  creamos lazos afectivos, algunos nunca se romperán y otros los romperemos nosotros y algunos se deterioran con el tiempo.
 Lo que aprenderemos es a respetar la vida, porque la muerte nos arrebara a más de un ser querido, sin que podamos evitarlo.
 El entorno es fundamental, para ese apego, para valorar lo valiosa que es la vida, y el estar rodeado de las personas que te quieren. Personas que te ponen los pies en el suelo, que te dan pilares para formar nuestros valores
Algunas personas,  olvidan eso, olvidan cómo respetar a su vecino, a ellos mismos. Esto sucede en regiones donde la impunidad de ciertos actos, esta amparada en una sociedad de miedo, en la que impera el pacto de silencio.
No puedo entender,  por mucho que lo intento, a eses individuos capaces de matar, arrebatar la vida a otro, sin miramientos ni remordimientos. En ocasiones por dinero, en otras por ajuste de cuentas, y otra por el simple placer de creerse poderoso, por encima de la ley y del bien y del mal.
La vida, cada uno tiene la suya, la vive como puede, le dejan o cree que es la mejor manera, pero nadie tiene derecho ni debiera tener poder para quitar la de un semejante, aunque pasa y no lejos de nosotros.

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