jueves, 19 de febrero de 2015

Brujas...

Las brujas modernas, ya no viajamos en escoba,  ni vestimos de negro, en algunas ocasiones si.  Y tampoco tenemos una verruga en la nariz, ni somos tan feas, que cuando nos tienen enfrente echan a correr y no paran hasta llegar a casa y encerrarse bajo mil llaves. 
Las brujas de hoy, seguimos siendo brujas, pero vestimos igual que las otras mujeres, aunque algunos piensan que todas las mujeres son brujas, y no es cierto, el título solo lo tenemos algunas.  Eso sí, nos gustan los tacones,  es nuestra reseña, y encima de ellos recobrado parte de muestro poder e irresistible encanto. 
Como bruja que soy, tengo afinada la intuición, aunque a veces se distorsiona por las interferencias de tanto aparato electrónico. Esa intuición me guía constantemente, incluso en ocasiones que intento no oírla, hacer el "habla cucurucho que no te escucho", y aun así ella venga que dale, hasta que terminó por hacerle caso. 
Cuando conozco a alguien, mi intuición salta, y sin pedirle permiso, ya ha visto más de lo que quisiera. 
Es como un sexto sentido, y ve más allá de lo aparente, es capaz de vislumbrar la luz de cada uno, de matizar su color, adivinar su oscuridad o luminosidad. 
Esto de la intuición está muy bien, pero no podemos aprovecharlo cuando queremos, sino aparece cuando y como quiere. Es que las brujas, antes residían juntas, estudiaban, y se preparaban. Ahora las brujas nacemos y otras se hacen, y sin mucha ayuda, llegamos a conocer los diferentes poderes y habilidades que poseemos. 
Las brujas modernas, somos brujas lo mismo, aunque un poco menos profesionales y poco vengativas,  aunque cuando nos tocan los bemoles, sacamos la fiera que tenemos escondida. 
Las brujas de hoy, como las de antaño son buenas personas, un poco diferentes, pero buena gente, o eso intentamos. Si te cruzas con una,  sé tú mism@ y así ella será contigo de la misma manera. Y si no conoces ninguna.... Pon una en tu vida no te aburrirás... 


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