Cuando entiendes eso, es cuando empiezas a soltar a lastre, a aceptar decisiones. A tomar esas decisiones, que el hecho de ni hacerlo nos crea más de un desencuentro con nosotros mismos.
Muchas veces, estamos convencidos de algo, del camino que tomar, pero por circunstancias, por causas ajenas y que al final convertimos en nuestras, dejamos de seguirlos y tomamos las vías impuestas por otros.
Yo no sé, si a todo el mundo le pasa, a mi desde luego que si, me pasa, me ha pasado y me pasará, siempre que voy o he ido contra lo que pienso. No es ser más o menos que los demás, aunque las ocasiones, en las que no he luchado por mis inquietudes, he sufrido cierta incomodidad conmigo misma. Incluso cuando no he hecho algo en lo que he creído.
La inquietud en mi ambiente, nerviosismo emocional, angustia en el aire que respiro, desazón desde que me acuerdo to hasta que me levanto, picor en las entrañas... Todo eso y mucho más, cuando voy en contra de mis principios, de mi ética.
Cada uno tiene su forma de pensar, cada uno tiene su escala de valores, su propia moral, y debe ser fiel a ellos, el no serlo lo único que va a lograr es no ser feliz, vivir amargado y en una constante mentira.
Sin embargo cuando aceptas tus principios y tus finales, tus inquietudes y metas. Cuando luchas por tus anhelos y vives tus realidades, todas esas sensaciones que te oprimen el alma desaparecen. Y en ese instante en que empiezas a amarte a ti mismo, a respetarte a ti y a tus ideales, es cuando conoces lo que es la autenticidad.
Cada uno somos único y como tal auténticos, perdemos nuestra esencia cuando renunciamos a ello y nos convertimos en quienes no somos ni queremos ser.
La vida es muy corta, y no sabemos con exactitud su duración, como para perder el tiempo y no ser nosotros mismos y vivir Amargados emocionalmente.
Yo soy única y auténtica................ Y tú?
No hay comentarios:
Publicar un comentario