Me había propuesto este año, no hacer una lista de deseos por cumplir, cosas que hacer y demas. Quiero tener el planing, saber hacia donde voy, y al mismo tiempo que la vida me sorprenda. Claro está, que uno tiene una hoja de ruta y despues las cosas pasan como pasan. Y así, ya tengo el primer propósito del año, y es dejar de ser comprensiva con quien en su momento me ha hecho daño, y de ese daño que aún duele la cicatriz al rozarla.
El año empezó un tanto movido, pero es otra historia. Lo importante es que creo que perdono demasiado a la gente, que tiendo a abrirle de nuevo las puertas de mi casa y que cuando yo necesito un refugio, me suelen dar una patasa en el trasero y me dejan en la intemperie, sola, mojada y con frío.
Ese es mi propósito, y aunque la gente no cambiamos y a una edad es más complicado, no me rindo y lo voy a intentar. Tal intento ya lo he puesto en práctica, y lo siento, pero estoy harta de buenas intenciones y de que me quieran mucho,de excusas, y... de que el egoísmo prime por encima se ser buna persona.
Y si digo la verdad, después de mandar a ciertas personas de paseo, me encuentro mejor, más libre y mejor conmigo mismo. Eso debe ser que estoy haciendo lo correcto.
La hoja de ruta me lleva por buen camino.
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