martes, 26 de enero de 2016

Caminando

Momentos en los que tienes que pararte y repirar hondo. Mirar opciones y ponerte de nuevo en marcha. No es sólo caminar sin rumbo, sino tener los objetivos claros hacia donde quieres ir.
Llevo mucho tiempo dando tumbos son rumbo fijo, y es hora de fijar los objetivos y tener clara la meta.  No me gusta esa sensación de estar en tierra de nadie y de no tener raíces a las que aferrarme.  Empiezo a pensar en que soy una persona nómada,  que necesito el movimiento como aire para respirar. O tal vez un ser demasiado inconformista que necesito el cambio y sentirme vivo, tanto por dentro como por fuera.
Después  de que al corriente me arrastrase y de dejarme llevar, he comenzado a nadar hacia la orilla. La necesidad de tierra firme y de querer ir hacia algún lugar determinado, ha sido más poderosa que el cansancio en si. No ha sido la fría agua, ni los peces acercándose como si fuese su comida, ha sido un cúmulo de cosas difíciles de explicar.
Son momentos en los que debo decidir hacia donde quiero ir, tenerlo claro y empezar a caminar, sola o acompañada pero sin detener el ritmo de mis pasos.
He trazado la ruta aun que puede equivocarme. Una línea hacia el horizonte, en l que habra curvas que salvare y otras en las que caeré.  Es mi camino y debo empezarlo andar. No hay tiempo ni ganas de mirar atrás. .. hacia adelante y con un par.

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