lunes, 6 de julio de 2015

Trastienda

No tengo por costumbre preguntarle a la gente por qué  hace una u otra cosa. El por qué  de sus decisiones  lo saben ellos, y si deciden un camino es porque creyeron que era el mejor y el más acertado.
Y tratando así a las personas, esperas que sea igual para contigo. Craso error el mío,  porque no ocurre así.
Esto me hace pensar que he dado muchas explicaciones de mia actos, de mis decisiones ... y esto empieza a cansarme. Al igual que creo, que he elegido caminos que esperaban que escogiera. Que muchas de mis decisiones son decisiones de otros por mi.
Empiezo a creer,que me creía  libre y que he estado demasiado tiempo enjaulada. No he decidido  por mi, he tomado el camino que menos perjudicara a los demás,  y dejando en pensar en cuanto perjudicaría esa decisión a  mi persona. No es que me hayan obligado, la obligación se puede imponer sutilmente y sin percibirla.
Llevo mucho tiempo haciendo lo correcto hacia el escaparate,  dejando la trastienda desordenada,  y desatendida. El escaparate esta lustroso, lleno de cosas hermosas, en cuanto pasas la puerta , es todo gris, con algún color de temporada que difumina los grises.
Esa trastienda llena de sueños, que se ha ido acumulando de polvos, suciedad.  Llena de trastos que ni ya recuerdan para que eran, no que hacen allí.
Es hora de dejar los miedos fuera, abrir las ventanas y empezar a despejar la despensa. Tirar los ue no sirve y me ter cosas nuevas. Nada es mejor ni peor, solo es bueno si así lo creo y deseo. Es hora de pensar y empezar a actuar.

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