domingo, 16 de febrero de 2014

Un jardin

Cuando llevas mucho tiempo estando y de repente te vas, mucha gente no lo entiende ni se molesta en hacerlo. En estos casos, en lugar de ponerse en los zapatos ajenos se vuelven ombligo del mundo y te culpan de la ausencia.
No busco que entiendas mi ausencia, pues tampoco valoraste mi presencia. Nunca le diste el suficiente valor a mi espera, mi paciencia y mucho menos a mi amistad. Y empiezo a pensar que yo tampoco se la di, porque si lo hubiera hecho no habría tenido tanta incondicionalidad para contigo.
La gente pasa por nuestra vida dejando huella, y otra como mero recuerdo y otra como anécdota. En ocasiones coincide la marca que dejamos con la que dejan en nosotros y en la mayoría de lss veces no van en la misma sintonia.
Lo que nos queda es el recuerdo que tenemos nosotros, pues el de ellos de ellos es. No me planteo que recuerdo tiene alguna persona que me ha marcado .Simplemente he decidido que quien no sepa cuidar la amistad tampoco tiene derecho a reclamar cuando deje de existir. La amistad es como una planta, si la riegas mucho se ahoga y sino lo haces se seca.
Tengo un jardin con pocas plantas y alguna flor, lucen hermosas y llenas se vida, será que he aprendido a regarlas en la justa medida. Cuando un dia ha sido duro sólo necesito mirarlas o hablarles en silencio y me conforta verlas tan esplendidas. Y cuando las veo un poco decaidas un buen abono y un poquito de agua les devuelve su esplendor y hermosura.
Hubo flores tal vez mas hermosas, también alguna enredadera, y alguna hierba mala y alguna silvestre también. Poco a poco quedan menos, las justas, y las que hay cada dia me gustan mas.
A las que  no hay, pues eso, sino supieron valorar estar en mi  jardín tampoco echaran de menos no estar.

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