jueves, 20 de febrero de 2014

Oportunidades desaprovechadas

No me gusta dejar las cosas a medias. Tal vez por eso intento por todos los medios terminarlas o dejarlas claras, según de lo que se trate. Alguien del que tenia buen concepto y que nunca pensé que pudiese llegar a dudar de él, me defraudó cómo jamás imaginé.
Así se lo hice saber. Le di la oportunidad de explicarse y que me diese sus razones para su comportamiento. Mi mensaje fue por escrito, y era; "me has decepcionado, me has hecho daño. Podemos hablarle, todo se puede arreglar o por lo menos aclararlo. No eres de quedarte callado. Espero que algún día me cuentes"
Su respuesta fue un tanto sorprendente; "En mi vida no hay cabida para la decepción. No tengo de que hablar"
Me dolió su respuesta. Yo no pedía explicaciones aunque si estuviese en su piel las hubiese dado. En el fondo quería dejar una puerta abierta,  para en algún momento poder retomar una amistad que hoy por honesta muy tocada.
Su respuesta me confirmó nque no tenia intención de arreglar nada, y menos admitir que su comportamiento no era como debería. Así que entendí que ya no había posibilidad de entendimiento, pues en ningún caso intentó saber el porqué de mi malestar, ni tampoco porque me distanciaba. Disipó cualquier duda y vi claro que nunca le había importado y que seguía envuelto en su realidad distorsionada.
Tomé la decisión de no perder más tiempo con alguien que no se merecía ni un segundo de mi tiempo, ni mi atención.
Mi mensaje final fue un tanto contundente; "En mi vida lo que no tiene cabida es la mentira. Y si crees que no tienes de que hablar, tu mismo".
Como era de esperar no obtuve respuesta, tampoco la esperaba. Hoy tiempo después, tengo claro porque no la tuve ni la tendré, es simple. Si hablásemos debería reconocer muchas cosas, debería escuchar una a una todas las mentiras que contó y que he descubierto, y no tendría forma de justificarse.
Ha optado por la vía fácil, esconderse y hacer como si no hubiera ocurrido nada y a otra cosa mariposa.
En el fondo me da pena, y ese sentimiento nunca pensé que el me lo llegase a despertar. Cada uno elige el camino que quiere tomar y yo ya decidí el mio y no quiero su compañía para hacerlo.

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