lunes, 24 de febrero de 2014

Dame tu mano

Dame tu mano y agarrate fuerte a la mía. Dame tu mano, y a ella me agarrare.  No te dejare caer. Estaré cuando me necesites sin que pronuncies mi nombre. Me alegraré con tus logros, nos reiremos juntas. Y cuándo te caigas, estaré allí para levantarte, estaré surtida de tiritas y un poco de chocolate. Te limpiare las lágrimas incluso antes de que empiecen a salir, y cuando no se derramen, las derramare contigo y por ti.
Si alguna vez te rompen el corazón, que lo harán no una vez sino varias, recogeré los pedazos y con un pegamento especial lo recompondre. Alguna fisura te quedará pero listo para volverte a enamorar.
En algunos momentos, la distancia será palpable entre tu y yo. Buscaras otras compañías, pero volverás a mis brazos deseosos de recibirte. Tendrás que viajar sola, sin que te ayude con la maleta, incluso no me contaras tu destino, ni si volverás pronto.
Mi teléfono siempre estará disponible para ti, y si esta ocupado hará reclamada automática. Muchas veces harás oído sordos a mis consejos, otras me los pedirás diciendo que es para una amiga. Algunos te los daré de forma gratuita, antes de que los necesites.
Seguiré tus pasos a una distancia prudente, no condicionará tus decisiones, a pesar que no quisiera que cometieran mis errores, deberás cometer los tuyos propios.
Te contare mis experiencias y atentamente escuchare tus peripecias. La vida te pondrá piedras en el camino que no podre quitar,  intentare ayudarte a sortearlas.
No puedo prometerte que todo saldrá bien, simplemente te prometo que aquí estaré para lo bueno y lo malo.
Dame tu mano y agarrate fuerte a ella, y si te sueltas aquí estaré para que la vuelvas agarrar cuando quieras. Dame tu mano y coge la mía.

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