El otro dia vi cartas del pasado, cartas que escribí y que envíe, llenas de palabras de sentimientos, de palabras sinceras y de buenas intenciones. Tales palabras eran escritas por una mujer enamorada, y creyendo que quien iba a leer esas letras pensaba y sentía lo mismo. Eran escritas con ilusión, desnudando el alma y el corazón. Y ahora desde la distancia me inunde la tristeza pensando en su destinatario, que nunca pensó ni sintió lo mismo, pero que supo hacerme creer lo contrario. A día de hoy no me hace daño, simplemente pena que haya hombres o mujeres que jueguen con los sentimientos de otro.
Ahora recuerdo, que ya entonces como hoy, siempre fui y soy sincera, y más cuando se trata de relaciones humanas. El alivio y lo que me hace respirar tranquila, es que al final vi la luz, descubrí la farsa de comediante y feria y supe retirarme sin que el daño fuese irreparable.
Mi cajón desastre sigue guardando recuerdos a su antojo y pocas veces me deja elegir cuales me trae a la memoria. Así que he decidido tirar a la basura estos, con sus cartas, y sus fotos, y esos momentos agradablemente falsos. Y con ellos el mejor deseo para esa persona, que le vaya bien, muy bien pero lejos de mi.
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