domingo, 11 de mayo de 2014

Amor sin sexo

Siguiendo con lo del otro día, hoy toca hablar, bueno escribir del amor sin sexo, y tal vez sea lo más duro pero real. Hay relaciones en las que ya no existe eso. A veces es por circunstancias de movilidad, en esos casos pienso desde mi humilde opinión quedar maneras de revolucionar la mente para que el cuerpo relacione. El sexo no es sólo penetracion es algo más, con lo cual si puede haberlo, aunque a veces por falta de experimentar no se intenta.
Hay otros casos en los que la rutina, el trabajo, la comodidad se va instaurando, y el sexo ya no es primordial. Ahí no se si existe amor, o cariño, habrá de todo, pero sexo ya no. Esas relaciones son duras de llevar, sobre todo si una parte es activa, y en ocasiones busca saciar sus ganas de otras maneras y no con su pareja.
Si hablásemos con generaciones mayores, muchos nos dirán que hacen tiempo que nada de nada, que las alegrías al cuerpo se acabaron hace tiempo y que sólo les queda el amor. No lo comparto, creo que lo que queda es una amistad, un cariño grande pero nada más, y aun así siguen juntos hasta el final de sus días.
Supongo que para mi y nuestra generación el amor sin sexo es difícil de entender, aunque cada relación es un mundo y respetar la decisión de cada uno es una labor difícil de llevar a cabo. También hay que tener en cuenta que para lagunas personas el sexo no es primordial si hay otras cosas que compensen esa relación e igualmente les llenen de satisfacción.
Una cosa tengo clara,  mejo no tenerlo a tenerlo de mala calidad, pero eso es otra cuestión y en la cual no me voy a meter, seria muy pretencioso por mi parte.
Si alguien elige vivir su vida así, ole el o ella,  si es feliz mejor que mejor y no hay nada más que objetar. La vida es algo más que follar pero la sexualidad esta impresa en el aun del ser humano, desde que nacemos hasta que morimos. Aunque lo importante, a fin de cuentas es lo que digo siempre,  vivir como queremos y disfrutar de las cosas y estar acorde nuestro pensamiento con nuestros actos.
Algunas veces, el amor es mayor y más desinteresado que nuestro propio placer, y por amores hacemos cosas que la razón no entiende. Somos capaces de renunciar al carnal, por lo espiritual y vivir en castidad corporal y mental. Se me venía a la mente ciertas personas que por amor a dios renuncian a lo carnalmente terrenal, ya se que muchos me dirán que los curas y monjas tendrán sus apañaos, pero también habrá muchos de ellos que cumplan los mandatos de castidad y amen profundamente a ese ser que los solo comprenden. Eso es amor sin sexo, y un amor puro que no se si tiene las compensaciones necesarias que algunos merecen. Es una elección personal y más que loable, y que nunca pondré en práctica, aunque la respeto mucho.






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