miércoles, 8 de octubre de 2014

Sinceridad

La gente pide sinceridad, y que se le digan las cosas de frente,  y cuando lo haces, se ofenden. Se tapan los oídos,  cierran los ojos y hacen que no se enteran.
Tengo la mala costumbre de decir lo que pienso, de pensar que se puede tener una conversación con otras personas aunque las ideas de pensar sean diferentes.
Esta forma de ser,  a estas alturas no la puedo cambiar. Hace poco pensé que podía intentar fingir, poner una sonrisa cuando en realidad preferiría  chillar, decir que no pasa nada cuando pasa de todo. Pero al final quedo en un intento, intento que puse a cabo algún tiempo, y que no funcionó.
Es que todo se resume en lo mismo, no se mentir, soy como soy, sin doblez y digo lo que pienso y más si creo que estoy en confianza. Y claro, llega el batacazo, y del gordo.  La gente pide que le digas las cosas,  y más cuando es referente al trabajo, y con ello se puede mejorar, pero cuando as dices, empiezan los conflictos, los malos rollos y se tergiversan las cosas. Y esto me crea otro conflicto, que debo hacer, decir las cómo son o adornarlas constantemente.
En mi intento de cambiar, descubrí que me gusta como soy, que trato a los demás como me gustaría que lo hiciesen conmigo, aunque no sea así. Y que prefiero ir de frente y se me acuse de ser sincera,  que una maravillosa hipócrita.
Así que si estás en mi vida, ya sabes,  no esperes excesos adornos, ni falsos halagos ni falta de sinceridad, así soy y no voy a cambiar.


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