Me gusta soñar porque en cada sueño hay parte de nuestra esencia. Los sueños no son imposibles, a veces son improbables, pero solo depende de nosotros mismos el llegar a cumplirlos algún día.
Soñamos cada noche, cuando cerramos los ojos y morfeo nos visita. Unas veces nos lleva a lugares que desconocemos, y otras nos da paseos por esos sitios que queremos ir o ya hemos estado en más de una ocasión. A morfeo le gusta traer a nuestro recuerdo gente. Gente del pasado o gente del futuro. Aunque lo que le divierte es que juega al despiste, pues al despertar unos sueños se olvidan y otros parecen parte de la realidad. Sueños son todos y parte de nosotros.
Después están los sueños, esos que soñamos con los ojos abiertos y los pies en el suelo. Esos que nos ponemos como meta a realizar. En esos están los que sabemos de ante mano que resultará una ardua tarea, y aun así buscamos alcanzar.
He soñado, con los ojos cerrados, y ahora toca abrirlos mucho y soñar de nuevo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario