domingo, 3 de abril de 2016

Soledad

Y la soledad te ahoga sin dejarte respirar. Te aprieta la garganta sin dejarte gritar. Te aprisiona, te inunda, te ciega y no te deja pensar. Es una sensación de encierro sin salida, sin escapatoria y de soledad absolutamente triste. 
Sólo cuando respiras tranquilo, te abandonas a ella y empiezas a entenderla y convivir con ella,vuelve la serenidad. En ese instante te sientes etéreo,  ligero y flotas. Pierdes la noción del tiempo y tienes otra perspectiva de la realidad.  Las piezas se encajan y ves el laberinto desde otro punto. Ya no es tan oscuro, ni tan enrevesado, tiene trampas pero también salidas. Todo se ve diferente.  
La soledad no es más que el reflejo de nuestras inquietudes,  de nuestros miedos,  de nuestros sueños ahogados y enterrados. Es una soledad interior, difícil de explicar y que sólo la entiende quien la haya sufrido en algún momento. Te pierdes en que te entienda!antes,  cosa que jamás ocurrirá,  intentas que te ayuden a salir de ella, olvidando que solo tu eres capaz, que la salida está en tus manos, y solamente en ti. 
Ha venido la soledad de nuevo a visitarme, esta vez con más fuerza me ha apretado, hasta dejarme sin respiración,  y en ese momento de desvanecimiento es cuando más sentido de lo que estaba ocurriendo he tenido. Por fin no he sentido miedo, y he pedido a la soledad que me acompañará,  ya no como opresora, sino compañera del nuevo viaje que voy a comenzar. 

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