miércoles, 27 de agosto de 2014

Listas

Hay dos épocas del año llenas de buenas intenciones y de buenos propósitos, una es el uno de enero y la otra es en septiembre. A punto de terminar agosto, hacemos una enorme lista de los propositos y buenas intenciones que después queda olvidada en algún cajón. Como soy espíritu de contradicion, decidí llevar a cabo uno de esos propósitos en plenas vacaciones; dejar de fumar.
Al principio, me lo tome como un reto que si no lo cumplía podría intentarlo el uno de septiembre. Al no tener presión de ningún tipo, deje la cajetilla con seis cigarrillos encima de la mesa y dije hasta aquí. Han pasado diez días y sigo en el buen camino...
A diferencia de los demás, no me he planteado más retos, mi lista está vacía, no digo que no la llene. Aunque prefiero ir anotando y tachando, así serán planes realizados, no propósitos en el aire.
Todo ser humano necesita un incentivo, un aliciente, aunque en cuanto se vuelve a lastima, al trabajo, se olvidan todos, y nos estancados sin saber muy bien como. Y cuándo llega enero, retomamos esas buenas ideas que teníamos pensado realizar hace unos meses, y así pasan los meses y nunca terminamos de hacer lo que nos habíamos propuesto.
Los retos no deben ser metas inalcanzables,  no es sólo apuntarse al gimnasio, a lo mejor es proponerse andar un poco todos los días. Y como eso pueden ser cada uno de esos propósitos que escribimos tan entusiasmados y quedan olvidados al mes siguiente.
Empiezo la lista vacía... Ya os iré contando si la lleno y si logro borrar alguno....



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