Ahora empiezo, y digo empezó porque aun no lo he alcanzado del todo a entender, que es eso de madurar.
La pera se ha puesto de color amarillo dorado, y aunque sigue en el árbol, sin caerse al suelo, la perspectiva del horizonte cambia. Sabes que en cualquier momento ese lazo que te une al árbol desaparecerá, y pueden pasar dos cosa, que alguien te recoja y te meta al cesto, o que te precipites contra el suelo. Ambas opciones existen pero dejas de preocuparte problema ellas.
Cambias la manera de ver el horizonte. Dejas de preocuparte si hace sol o aire. Y se llueve ya no te enfadas y disfrutas de la lluvia que te resbala fría mientras bailas su sinfonía.
No sé qué es madurar, pero tengo claro que lleva una parte de calma y menos preocupaciones por lo banal y más disfrutar de los pequeños instantes . Y sobre todo un bien estar con uno mismo que no hay dinero que lo pague.
Creo que en cierto modo estoy madurando, aque como dice una amiga mía, vamos poco a poco no vaya ser que la maduración de golpe me siente mal.
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