Qué difícil es enfrentarse a una hoja en blanco? Empezar de nuevo está lleno de incertidumbres, de muchos anhelos y de más de una ilusión.
La hoja en blanco, no es más que un símil de la vida, de cada proyecto, de cada etapa que comenzamos.
La vida en si, es un comienzo y un final, lleno de capítulos por empezar, terminar o dejar a medias.
Mi hoja en blanco, es volver a escribir, desnudar el alma. Al miedo a no saber expresar, a las malas interpretaciones, a luchar por ese sueño, a.... , tantas cosas que sé y otras que nunca sabré.
Empiezo por escribir, como paso de rellenar una hija en blanco.
lunes, 27 de agosto de 2018
domingo, 11 de febrero de 2018
Hola
Llevo tiempo queriendo tomar esta costumbre de escribir a diario.
Un día por otro lo he pospuesto. En primer lugar, por falta de tiempo. El tiempo que se escapa sin saber porque agujero.
También está la falta de ideas, o mejor dicho, la falta de darles forma . Esa forma que me gustaría que fuese.
Hoy me he puesto delante de esta hoja en blanco y he decido que fluyeran las letras, sin saber muy bien cual sería el resultado final.
Que ha pasado hoy para está decisión? Nada en especial, más de lo mismo de los últimos tiempos.
Hace algunos meses, he cumplido años, y no es los años los que me han hecho cambiar la actitud de las cosas, o si.... creo que ha sido el conocerme cada día, el creer en mi y por supuesto empezar a soltar el lastre de la culpa, que tanto tiempo llevo cargado en mi mochila personal.
Así que hoy, más que una entrada, es un Hola, aquí estoy de nuevo con mis inquietudes, mis relatos, mis opiniones, mi yo y mi mundo, aunque a veces hablo de el mundo de los demás....
Hola de nuevo... he vuelto para quedarme.
Un día por otro lo he pospuesto. En primer lugar, por falta de tiempo. El tiempo que se escapa sin saber porque agujero.
También está la falta de ideas, o mejor dicho, la falta de darles forma . Esa forma que me gustaría que fuese.
Hoy me he puesto delante de esta hoja en blanco y he decido que fluyeran las letras, sin saber muy bien cual sería el resultado final.
Que ha pasado hoy para está decisión? Nada en especial, más de lo mismo de los últimos tiempos.
Hace algunos meses, he cumplido años, y no es los años los que me han hecho cambiar la actitud de las cosas, o si.... creo que ha sido el conocerme cada día, el creer en mi y por supuesto empezar a soltar el lastre de la culpa, que tanto tiempo llevo cargado en mi mochila personal.
Así que hoy, más que una entrada, es un Hola, aquí estoy de nuevo con mis inquietudes, mis relatos, mis opiniones, mi yo y mi mundo, aunque a veces hablo de el mundo de los demás....
Hola de nuevo... he vuelto para quedarme.
sábado, 23 de septiembre de 2017
Primera impresión
Todos y cada uno de nosotros tenemos una primera impresión de algo. Y cuando digo todos, es Todos, incluso el sentado en la última fila con cara de despistado. Que le funciona el hacer que no se entera de nada, mientras observa lo que le rodea. Pero eso es otra historia.
Todos nos hacemos una primera idea de algo, de ese lugar que vamos por primera vez, de la clase de la Universidad, del ambiente de trabajo, de la dependienta de la esquina, de ese chico amigo de mi amiga, y podría seguir enumerando cosas.
Y seguramente esa idea inicial que formamos en nuestra cabeza, en unas ocasiones es muy acertada y otras totalmente errónea. Todo puede ocurrir.
En mi caso, supongo como en de poca gente, ocurre que esa primera impresión suele ser de lo más certera. Y diréis... nunca te equivocas.
Pues no, me equívoco Y mucho. Mi fallo no está en esa primera impresión que mi intuición también me forma en la mente, mi error es no hacerle caso.
Esa intuición me da todas las pistas y hace saltar las alarmas, pero mi consciente se niega a pensar que tenga razón, y busca mil y una maneras de demostrar que está equivocada.
Debo reconocer, que algún tiempo logró demostrarle a la intuición que no ha acertado, pero todo se coloca y aquella primera impresión concuerda con la final.
jueves, 21 de septiembre de 2017
Hasta pronto
Hace tiempo, bastante tiempo, por no decir una eternidad, que no entraba en el blog.
Esto es como cuando un día dejas de hacer deporte con la idea de retomarlo al día siguiente. Y al día siguiente, surge un nuevo inconveniente, y de nuevo lo pospones.
Mi ausencia por estos parajes, no ha sido por falta de ideas, crisis de motivación, etc. Lo mío se llama, deja para pasado lo que puedas hacer maña.
Y con esa filosofía, de mañana lo hago, han pasado meses y meses sin escribir ni media palabra.
Con este post, no busco ni justificante, ni la palmadita en la espalda, en plan; no pasa nada, lo importante es que estas aquí. Eso sería lo peor que me podría hacer quien me quisiera.
A mi me van los retos, el ponerme metas, el no rendirme. Pero claro... el abarcar mil y una hace que a veces naufragar en tierra firme.
Aplicándome la medicina adecuada después de la autoflagelación, espero no tardar tanto tiempo en volver a vomitar mis pensamientos en este tan libre lugar, donde a pesar de los pesares vómito con gracia y sin resaca todo lo que me revuelve por dentro.
Y sin más dilaciones..... hasta pronto
Esto es como cuando un día dejas de hacer deporte con la idea de retomarlo al día siguiente. Y al día siguiente, surge un nuevo inconveniente, y de nuevo lo pospones.
Mi ausencia por estos parajes, no ha sido por falta de ideas, crisis de motivación, etc. Lo mío se llama, deja para pasado lo que puedas hacer maña.
Y con esa filosofía, de mañana lo hago, han pasado meses y meses sin escribir ni media palabra.
Con este post, no busco ni justificante, ni la palmadita en la espalda, en plan; no pasa nada, lo importante es que estas aquí. Eso sería lo peor que me podría hacer quien me quisiera.
A mi me van los retos, el ponerme metas, el no rendirme. Pero claro... el abarcar mil y una hace que a veces naufragar en tierra firme.
Aplicándome la medicina adecuada después de la autoflagelación, espero no tardar tanto tiempo en volver a vomitar mis pensamientos en este tan libre lugar, donde a pesar de los pesares vómito con gracia y sin resaca todo lo que me revuelve por dentro.
Y sin más dilaciones..... hasta pronto
domingo, 23 de julio de 2017
Discutir
Nos pasamos la vida discutiendo por pequeñas cosas. Las discusiones forman parte de nuestro día a día.
No conozco a nadie que no haya discutido en toda su existencia. O tal vez exista. Si conocéis alguno o alguna, no dudéis en presentarmelo.
Seguramente tenga más tara mental que yo, de eso hablaré en otro momento.
Volviendo al tema de discutir, he comprobado que el nivel de discusión de mi vida, sube según lo cansada que estoy. Todo tiene que ver lo relajada que tenga la neurona. Resumiendo, mi humor a la hora de tomarme las gilipolleces varias de los que me rodean, o me topo, depende en exclusivo de ello.
Suena a rollo patatero, de desertización dialéctica de un sábado noche, frente a algún tequila que parece doble por el buen hacer del camarero de turno. Pero No, esto es la mente de alguien que después de trabajar quince días seguidos sin descanso, el primer día libre que tiene, engancha una discusión con otra, cambiando de interlocutor, ya que se tornan para saturar la poca paciencia que tengo y sacar al sherk que tengo escondido en mi interior, disfrazado de princesa de melena rubia.
Dicho esto... la mayoría de las veces discutimos por tonterías, pero que a gusto nos quedamos cuando tenemos razón.
No conozco a nadie que no haya discutido en toda su existencia. O tal vez exista. Si conocéis alguno o alguna, no dudéis en presentarmelo.
Seguramente tenga más tara mental que yo, de eso hablaré en otro momento.
Volviendo al tema de discutir, he comprobado que el nivel de discusión de mi vida, sube según lo cansada que estoy. Todo tiene que ver lo relajada que tenga la neurona. Resumiendo, mi humor a la hora de tomarme las gilipolleces varias de los que me rodean, o me topo, depende en exclusivo de ello.
Suena a rollo patatero, de desertización dialéctica de un sábado noche, frente a algún tequila que parece doble por el buen hacer del camarero de turno. Pero No, esto es la mente de alguien que después de trabajar quince días seguidos sin descanso, el primer día libre que tiene, engancha una discusión con otra, cambiando de interlocutor, ya que se tornan para saturar la poca paciencia que tengo y sacar al sherk que tengo escondido en mi interior, disfrazado de princesa de melena rubia.
Dicho esto... la mayoría de las veces discutimos por tonterías, pero que a gusto nos quedamos cuando tenemos razón.
domingo, 7 de mayo de 2017
Mama
Hoy es el día de la madre, como todos los años el primer domingo de mayo. Muchos creen que es un día comercial y seguramente lo es. No recuetdo donde lei ,que su origen está en una mujer pacifista que lucho por los derechos de los esclavos y de las en las mujeres, pero no voy a dar muchos datos porque no recuerdo bien la historia.
Volviendo la actualidad, hoy celebramos el día de nuestras mamás.
Y creo que en el fondo no le decimos a nuestras mamás todo eso que realmente pensamos. Cuándo somos pequeñas creemos que van a estar ahí toda la vida, que son inmortales, que tienen superpoderes y todo lo pueden. O que tienen una varita mágica que con un toque y unas palabras de ellas, todo se soluciona en un plis plas.
Hay momentos en que queremos dejar de ser sus niñas y que nos dejen volar a nuestro aire. Y lo hacen , observandonos desde la distancia, haciéndonos creer que la travesía la hemos realizado solas.
Y siempre hay una etapa de nuestra vida que nos vuelve a acercar a ellas y vemos lo estúpidos, aunque necesario, ha sido nuestro alejamiento.
Recuerdo que mi madre me decía, si algún día tienes hijos me entenderás mejor. Pues si, la entiendo más de lo que ella piensa.
Hoy es el día de las mamás, y de la mis en particular. Quiero decirte mamá, que te quiero, que ojalá nunca te vayas. Y si lo haces, sigue acompañandome desde ese lugar que te encuentres. Gracias por cada riña, por cada Consejo, por cada abrazo, por cada lágrima, por cada esfuerzo, por cada día que me has dado, todo ello ha hecho que sea quien soy y me sienta orgullosa de ello al mirarme al espejo.
Felicidades mama, no hoy, sino los trescientos sesenta y cinco días del año, porque ser mamá no es día es todos sin excepción.
Te quiero mami.
Volviendo la actualidad, hoy celebramos el día de nuestras mamás.
Y creo que en el fondo no le decimos a nuestras mamás todo eso que realmente pensamos. Cuándo somos pequeñas creemos que van a estar ahí toda la vida, que son inmortales, que tienen superpoderes y todo lo pueden. O que tienen una varita mágica que con un toque y unas palabras de ellas, todo se soluciona en un plis plas.
Hay momentos en que queremos dejar de ser sus niñas y que nos dejen volar a nuestro aire. Y lo hacen , observandonos desde la distancia, haciéndonos creer que la travesía la hemos realizado solas.
Y siempre hay una etapa de nuestra vida que nos vuelve a acercar a ellas y vemos lo estúpidos, aunque necesario, ha sido nuestro alejamiento.
Recuerdo que mi madre me decía, si algún día tienes hijos me entenderás mejor. Pues si, la entiendo más de lo que ella piensa.
Hoy es el día de las mamás, y de la mis en particular. Quiero decirte mamá, que te quiero, que ojalá nunca te vayas. Y si lo haces, sigue acompañandome desde ese lugar que te encuentres. Gracias por cada riña, por cada Consejo, por cada abrazo, por cada lágrima, por cada esfuerzo, por cada día que me has dado, todo ello ha hecho que sea quien soy y me sienta orgullosa de ello al mirarme al espejo.
Felicidades mama, no hoy, sino los trescientos sesenta y cinco días del año, porque ser mamá no es día es todos sin excepción.
Te quiero mami.
jueves, 4 de mayo de 2017
Reciclando recuerdos
Después de muchos días posponiendolo. He decidido hacer limpieza en el trastero de mis sentimientos.
Me he cansado de guardar paquetes de gente que ya no está, esperando a que algún día viniesen a recogerlos, y otros llegasen a abrirlos conmigo.
El trastero lo cerré con llave hace algún tiempo. El último paquete lo subí hace un poco más de un año. Lo dejé en medio pensando que no le vería en una temporada, y no estorbaba.
Y ahora estoy aquí sentada, en medio de cajas vacías, cajas cerradas, cajas con agujeros, cajas polvorientos, cajas.. muchas cajas.
No tengo ni idea por donde empezar, sigo sentada mirando a mi alrededor esperando la inspiración. Pasan los minutos y decido ponerme menos a la obra.
Primera caja, recuerdos de la infancia, envueltos en añoranza y alguna ilusión rota pero nada que no se hubiese podido reparar.
La segunda está llena de amores adolescentes, cartas de amor y desamor que creías único e irrepetible. Y que ahora lo ves como una sensación de lejanía. Qué ilusos éramos con ese tema del amor, y aún lo seguimos siendo.
Me retiro hacia atrás y tropiezo de nuevo con la última caja que he llevado al trastero. Me mira desafiante, esperando que reina el valor de abrirla. Titubeo, pero finalmente me enfrento. Un escalofrío me recorre, es todo demasiado reciente, ilusiones truncadas, decepciones varias, proyectos por terninar, diferentes capítulos por terminar. En fin, demasiado peso para una humilde caja de cartón.
El polvo acumulado hizo que los estornudos aparecieran y fuesen continuos, decidí sacar la caja del trastero y sacarla al jardín.
Me senté de nuevo, no sabía que hacer ni por donde iniciar la limpieza.
Me levanté. Cogí la caja como pude y salí a la calle. Caminé unos metros y en el primer contenedor verde que vi, allí la meti. Me di la vuelta hacia casa, caminaba liguera, sin carga y feliz.
Y ahora estoy aquí sentada, en medio de cajas vacías, cajas cerradas, cajas con agujeros, cajas polvorientos, cajas.. muchas cajas.
No tengo ni idea por donde empezar, sigo sentada mirando a mi alrededor esperando la inspiración. Pasan los minutos y decido ponerme menos a la obra.
Primera caja, recuerdos de la infancia, envueltos en añoranza y alguna ilusión rota pero nada que no se hubiese podido reparar.
La segunda está llena de amores adolescentes, cartas de amor y desamor que creías único e irrepetible. Y que ahora lo ves como una sensación de lejanía. Qué ilusos éramos con ese tema del amor, y aún lo seguimos siendo.
Me retiro hacia atrás y tropiezo de nuevo con la última caja que he llevado al trastero. Me mira desafiante, esperando que reina el valor de abrirla. Titubeo, pero finalmente me enfrento. Un escalofrío me recorre, es todo demasiado reciente, ilusiones truncadas, decepciones varias, proyectos por terninar, diferentes capítulos por terminar. En fin, demasiado peso para una humilde caja de cartón.
El polvo acumulado hizo que los estornudos aparecieran y fuesen continuos, decidí sacar la caja del trastero y sacarla al jardín.
Me senté de nuevo, no sabía que hacer ni por donde iniciar la limpieza.
Me levanté. Cogí la caja como pude y salí a la calle. Caminé unos metros y en el primer contenedor verde que vi, allí la meti. Me di la vuelta hacia casa, caminaba liguera, sin carga y feliz.
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