domingo, 23 de julio de 2017

Discutir

Nos pasamos la vida discutiendo por pequeñas cosas. Las discusiones forman parte de nuestro día a día.
No conozco a nadie que no haya discutido en toda su existencia. O tal vez exista. Si conocéis alguno o alguna, no dudéis en presentarmelo.
Seguramente tenga más tara mental que yo, de eso hablaré en otro momento.
Volviendo al tema de discutir, he comprobado que el nivel de discusión de mi vida, sube según lo cansada que estoy. Todo tiene que ver lo relajada que tenga la neurona. Resumiendo, mi humor a la hora de tomarme las gilipolleces varias de los que me rodean, o me topo, depende en exclusivo de ello.
Suena a rollo patatero, de desertización dialéctica de un sábado noche, frente a algún tequila que parece doble por el buen hacer del camarero de turno. Pero No, esto es la mente de alguien que después de trabajar quince días seguidos sin descanso, el primer día libre que tiene, engancha una discusión con otra, cambiando de interlocutor, ya que se tornan para saturar la poca paciencia que tengo y sacar al sherk que tengo escondido en mi interior, disfrazado de princesa de melena rubia.
Dicho esto... la mayoría de las veces discutimos por tonterías, pero que a gusto nos quedamos cuando tenemos razón.

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