sábado, 5 de enero de 2019

Amiga. Cartas por escribir

Querida amiga: 
Hace tiempo que no te veo, aunque intente una y otra vez tener contacto.  La falta de hueco en tu agenda y las pocas ganas que tienes, es la causa. 
Al principio, como todo, me autoconcencía de tu falta de tiempo. Era menos doloroso, que abrir los ojos y ver tu falta de interés. 
Cosas que pasan en la vida. No hay que buscarle más explicaciones. 
Esta carta, supongo que es un adiós. Dicho de paso que no soy mucho de despedidas, pero en algunos casos es necesario. 
Cuando te conocí, me pareciste una tía echada palante. Y en ese desparpajo vi a una niña miedos y llena de complejos. 
Suples tus carencias, con dosis de buen humor. Te convence a ti misma de tus decisiones tomadas, para que así tengo menos reproche en tu mente. 
Me cuesta abrir mi casa, mi corazón y mi vida. Demasiado reservada para ciertas cosas, lo admito. Cuando dejó entrar a alguien lo hago sin reservas. 
Dicho lo cual, tengo que invitarte a marcharte. No es por nada en concreto y por mil pequeñas razones.
 Si algo he aprendido con los años, es que no debo tener a gente ni cosas que resten, por decirlo de alguna manera. 
Fui incondicional, acepté críticas fuera de lugar, respondí rauda cuando el tiempo era escaso, apoyé cada intento y agarré la mano en más de un tropezón. Lo hice y volvería a hacer en las mismas circunstancias, pero no en estas. 
Espero y deseo que encuentres ese sitio que andas buscando y que ni tu sabes cual es. 
Me encantaría verte feliz y realizada. Y que algún día nos podamos tomar esa caña, riéndonos del pasado como viejas conocidas que se reencuentran, pero para eso aún tienes mucho camino que recorrer y yo poner mucha distancia. 

Adiós y un abrazo. 

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