viernes, 5 de abril de 2019

Insignificantes

A veces nos hace daño lo más insignificante. Te decen que no debes hacer caso, que pases de lo que digan, que no hay mayor desprecio que no hacer aprecio.
Y yo digo, que sabia es la gente¡¡ pienso igual que ellos, que resbale los comentarios y los actos que dirigen hacia mi persona.
La teoría es fantástica, lo complicado es ponerlo en práctica. Porque la lección la sabemos todos, unos más que otros, y a la hora del examen suspendemos con la peor nota posible.
Volvemos a empezar, a ponernos ante el espejo y repetirnos que son cosas son importancia, que tú vales mucho, que no es más que una tontería, hasta que funciona y nos hacemos inmunes una temporada a los dardos envenenados de alguien que nos tienen de centro de diana.
A veces somos nosotros mismos que nos ponemos en el punto de mira, sin querer o queriendo hacemos despertar al demonio que llevan dentro.
Y otras ese angelito bondadoso nos ayuda tanto que nos asfixia.
Así que andamos en una nota de sentimientos encontrados, cosas pequeñas que derriban nuestro mundo. Cuando olvidamos lo fuerte que somos y hasta donde podemos llegar .
Hoy toca revolver la tortilla, y eso que me ha hecho hundir, no ha sido más que un instante para reponer fuerzas y resurgir con más firmeza que la anterior.

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