Según se acercaba la fecha estaba un tanto preocupada, por cómo sería el reencuentro. Ya he dicho que nuestra relación es peculiar, cosa que reitero. Mi preocupación es sobre todo por lo susceptible que es a veces, pero a pesar de todo es una persona que no podría prescindir de ella en mi vida.
Pues hoy, cambió totalmente mi perspectiva para con su visita. De repente me entero, que puede estar enferma y no saben muy bien que tiene, pero no pinta nada bien. Así que las ideas preconcebidas que tenia en mi cabeza acerca de su llegada han cambiado radicalmente. Ahora solo tengo ganas de que llegue, de poder estrecharla en mis brazos, de decirle que estoy aquí, que todo va asalto bien.
Todo cambia en un instante, y pasamos el tiempo perdiéndose en tonterías y dándole vueltas a problemas imaginarios, y cosas inútiles.
Me podría enfadar con el que mueve los hilos, con el destino, o con lo que sea que juega estas malas pasadas, pero sólo sería gastar las fuerzas sin lograr nada. Así que he decidido, sacar ganas donde no las tenga, poner una sonrisa, y que su estancia estos días sentó más placentera posible y que olvide su amarga situación por unos días.
Estos golpes, solo hacen que esté agradecida de mi vida, de las cartas que me van tocando. Algunas no son buenas, pero por ahora no han sido tan malas, y aun me faltan manos por jugar y espero que sean mejores.
La vida es muy puñetera a veces, pero hay que vivirlá, disfrutarla y nunca, nunca dejar de soñar y jamas rendirse.
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