Llueve sin descanso, veo la lluvia desde la ventana. La gente busca cobijo debajo de los balcones y envidio a los que no corren y se dejan bañar por el agua fría.
Me gusta la lluvia, y en verano más. Ese olor que deja a tierra mojada después de un buen aguacero. Me devuelve a mi infancia, a los días que pasaba en el pueblo y todo transcurría más lento. Recuerdos de antaño que viven anclados fuertemente en mi memoria. Momentos de felicidad llenos de inocencia de niña, inocencia que he ido perdiendo y a veces echo de menos.
Mirando por la ventana, cierro los ojos, apoyo mi cabeza sobre mis brazos y dejó que esas imágenes, algunas difusas, me guíen. Se agolpan los recuerdos, las caras gente que hace muchos años que no veo, caminos que ahora ya no existen, niños que si ahora los viera no se si les reconoceria. Corro en los prados, tras mariposa caprichosas que no se dejan coger, me caigo entre la hierba, y el olor a verde me inunda. El silencio lleno de ruido de naturaleza me acompaña, algún pájaro pía a lo lejos, el zumbido de una abeja que busca néctar.... Me va meciendo, y me duermo con la lluvia de fondo y soñando con el so,del verano de hace muchos años.
Suena el teléfono y me despierta de mi adormilamiento. Consigo responder, mi hermano. Charlamos un rato. Y cuándo me iba a despedir, la inspiración del momento me hizo soltar; Te vienes al pueblo el finde?
Le debí dejar sorprendido, pues repitió mi pregunta. Si, al pueblo.
Y eso?, a ti que te ha dado?
No se, la lluvia, me ha puesto nostálgica.
Cuelgo y sigo mirando por la ventana, ya no veo gente, ya no siento la lluvia caer. Desde mi ventana veo el prado verde, los árboles, los pájaros volando libres, mariposa de colores, y veo a una niña correteando feliz, riendo, despreocupada, soñadora... Me veo y siento la brisa del verano alborotado mi pelo.
Desde mi ventana mientras la lluvia cae y la gente se cobija bajo los balcones, yo vuelvo a mi infancia.
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