Si te das un paseo por Twitter, muchos avatares, o casi la mayoría no son las fotos de quienes escriben. Esto podría tener una explicación sencilla. Tan sencilla, como que las personas que se esconden detrás de esas cuentas buscan el anonimato. No quieren ser reconocidas, pero al mismo tiempo buscan poder decir lo que quieran, expresarse con libertad. Y con el tiempo ese anonimato inicial se vuelve en un tanto protagonismo en un mundo virtual.
El anonimato es sólo temporal y solapado, pues sin querer, se van dando muchos datos de nosotros mismos, de como somos. Hay excepciones, gente que se crea un personaje y llevan a tal límite la creación que se come a la persona, pero esa es otra historia.
Ese anonimato que creemos que nos protege de ser vulnerables, es ficticio, ya que al final conectamos con gente con la que intercambiamos opiniones, fotos, información, y vamos conociendo, al igual que nos van conociendo a nosotros. Aunque no tengamos o tengan una foto de cara, esa foto algo dice de la persona que se esconde detrás. Y las palabras que escribimos, escritas aire o con intención, nos desnuda más que una una simple fotografía.
Mi pregunta es clara; ese anonimato que buscamos es tal y como lo pensamos?
Anonimato o protagonismo, todos buscan(mos) lo mismo, decir lo que pensamos, lo que nos da la gana, sin faltar al respeto y a veces con cierta gracia, ironía o simplemente como nos encontramos. Y a pensar de que pensamos que tras esa máscara, que es el avatar, nadie nos reconocerá, si nos reconocen y nos conocen más de lo que somos conscientes. Y lo que empieza como una opinión, un diálogo escrito, puede terminar en una amistad o en una enemistad por mucho tiempo.
Anonimato o no, buscamos libertad.
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