Este finde hubo cambio de hora, y aun no me he adaptado. Tengo las neuronas revueltas, ya lo están normalmente pero estos días más. Llega la noche y no tengo sueño y a la mañana me acuerdo del iluminado que tuvo la idea.
No soy experta en energías ni demás asuntos que llevan a que cambiemos la dichosa hora, pero en ellos han barajado el pagarnos unos días de adaptación sin tener que ir a trabajar. Sino propusiera se reirán de mi, pero a que ellos no tienen que seguir rindiendo igual que el día anterior.
Empiezo a creer que más que locas las neuronas, me las han puesto de mala leche y la que tiene que lidiar con ellas soy yo. Tranquilos, al final de la semana supongo que tanto ellas como yo, ya nos habremos adaptado con éxito. Y mientras tanto, ando despistada, no se si el reloj marca la hora nueva o la vieja... Con los sustos que conlleva tal confusión. He decidido buscarlos todos y ponerlos en hora, y aun así alguno se me despistada.
Bueno señores que velan por nuestro bien con estas ideas brillantes, podían aplicarse un poco más y buscar otras maneras de ahorrar energía, falicitarnos el horario de vuelta a casa, y unas cuantas cosas más que se me ocurren y que seguramente no les interesa oír.
Mientras alguien escucha mis súplicas, y aguanta los despistes que genera el cambio, seguiré mi rutina como medianamente pueda, hasta que mis bonitos vuelvan a la normalidad.
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