Ayer fue domingo, día internacional del beso. Y me parece bien que haya un día para celebrarlo, pero para mi el día del beso, son los 365 días del año. No hay día que no dé o reciba un beso. Hay besos apasionados de esos que te quitan la respiracion, esos son los que más nos gustan. Que se acerquen despacio y sentir los labios de la otra persona, saborearlo despacio, con prisa. Siendo dos bocas una misma. Esos besos quedan en nuestro recuerdo y pensarlo nos rememoran las sensaciones sentidas en ese momento.
Hay besos tiernos, el de una madre a su hijo o viceversa. Esos besos son los que hemos dado o recibido, y siempre habrá alguno de ellos que en nuestra memoria nos lleva a un momento especial. Siendo hijos llega un momento en que perdemos la costumbre de dárselos a nuestros padres, como si ese acto estuviese reñido con hacerse mayor. Pena que no lo hagamos más a menudo.
Hay besos de cortesía, de saludo, cuando nos presentan a alguien, o nos encontramos a alguien. Esos tal vez son los menos importantes o que menos recordemos. Seguramente estos alguna vez nos ha llevado a darle un beso rápido en la boca a alguien, por girar la cara hacia el mismo lado que la otra persona, con su consiguiente risa nerviosa.
Al final nuestros días, todos los días están llenos de besos. Besos en la frente, en la mejilla, en la comisura de los labios, besos apasionados, besos tiernos, besos fríos, besos calientes, besos enérgicos, besos castos, besos ardientemente, besos, besos... Besa y deja que te besen, una y mil veces cada día.
A mí los que más me gustan son los robados o inesperados, llamalos como quieras, esos son los que me han dejado mejor recuerdo. Fdo. Una admiradora.
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