miércoles, 9 de abril de 2014

Timidez y picardia

Hay gente que no le cuesta hablar de ella y decir lo estupenda y maravillosa que es, lo que se puede entender como venderse bien. A mi me cuesta, me cuesta mucho decir cosas buenas de mi, y los piropos y halagos me colocan en una posición un tanto incomoda. Esto no quiere decir que no me gusten, ni que no los agradezca, pero por norma general consiguen sacar la timidez que tanto escondo.
Cuando digo que soy tímida, la gente se me queda mirando como si lo que dijese fuese algo raro. Soy una persona extrovertida, o así lo aparento, escondiendo una timidez que solo algunas personas son capaces de percibir. Así que cuando confieso mi timidez, la relación es casi siempre la misma, Tu??? Anda ya!!!!
La verdad es que si, y la prueba de ello, es la rojez que cubre mis mejillas en muchas ocasiones.  Y si la persona que me acompaña, o me rodea se percata de tal acaloramiento, aumenta el rojo de mi cara hasta puntos insospechados. Tales momentos intento sacarles importancia escondiéndose tras una risa nerviosa que ayuda a que dejen de fijarse en lo colorada que me pongo.
Así que a pesar de lo que pueda parecer soy tímida, solo que disimulo bien, aunque a veces se hace imposible evitar que se me note. Esto no implica que no sea decidida y valiente, una cosa no implica la otra.  Un ejemplo claro, es Charlie Chasis, una persona supervisada que todos creían extrovertido y con grandes dosis de valentía. Hizo un poco lo que quiso, pero guardaba su timidez para sí y delante de las cámaras demostraba una seguridad que traspasaba la pantalla.
Normalmente dicha timidez va solapada de picardia, la timidez se supera, la picardia la traigo de seríe.



                                   

1 comentario:

  1. Me suena, mucho. No cambies nunca. Fdo. Una admiradora.

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