Ante ayer escuche "Me protejo para que no me hagan daño". Al principio estaba de acuerdo con tal afirmación, pero no es así.
No te proteges para que no te hagan daño, te proteges por miedo a su reacción, te callas porque sabes que si dices lo que piensas en silencio habrá respuesta por su parte. Y esa respuesta puede no ser la adecuada, puede desatar una tormenta que te haga despertar del sueño en que te has sumergido. Te hará despertar y darte cuenta que todo era una ilusión.
Te proteges porque prefieres seguir soñando con que algún día podría ser. Te proteges porque proteges a la otra persona. Le prefieres tranquilo, leer entre líneas, y que esas líneas traigan mensajes que solo tu puedes entender. Le proteges a él, le dejas que no se a claro, que no destape las cartas y muestre de una vez como son las cosas.
Te proteges y le proteges, así es.
Prefieres esa realidad a medias que una real y cruda, porque si dejas de protegerle y vuelas libre, estarás a merced de las balas. El escudo evita que te expongas, que te hagan daño e incluso le cobija bajo el. Y tras ese escudo, sueñas, anhelas, sufres... Pero todo es una fantasía creada a la medida de tu ilusión e intención.
Arriesga, vuela, siente y curte tu piel con el frio viento del invierno.
Creo que voy a dejar de proteger(ME). Fdo. Una admiradora.
ResponderEliminar