Cuando somos niños nos preguntan constantemente que quieres ser de mayor. Tu piensas y las respuestas son de lo más variopintas desde arquitecto, médico, astronauta, futbolistas modelo... Según vamos creciendo nos damos cuenta de lo difícil que es alcanzar ciertas metas.
Desde pequeños intentamos planear nuestro futuro, crear unirán e intentar seguirlo. Con los años he aprendido que por mucho que planeemos nuestros pasos, en muchas ocasiones estos van por derroteros distintos de los previstos.
Se a donde quiero ir, y a pesar de no renunciar a mis sueños, he decidido no planear tanto y disfrutar de lo que la vida me va deparando. No se que va a pasar mañana, ni pasado mañana. No se donde estaré dentro de diez años, pero tampoco me imagino donde me hallare en un año. Para que darle vueltas a algo que no puedo controlar? Voy a disfrutar el día a día, saborear cada cosa que la vida ponga en mi camino y dejar de preocuparme por los contratiempos con los que me encuentre.
Cada día es un nuevo despertar y decidir pequeñas cosas que parecen no tener importancia, y sin embargo la tienen, van escribiendo una historia que no sabemos su final.
No se que me deparará mañana, tampoco se que pasará hoy, solo se que quiero vivir cada día con la misma ilusión de un niño cuando ve el mar por primera vez. Mañana será otro día y hoy toca soñar despierto y viviendo sin parar. La vida solo se vive una vez y se debe vivir sin miedo y con valentía, pisando fuerte y pensando un poco menos.
En una palabra VIVIR, no hay más que añadir. Fdo. Una admiradora.
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