Y de repente, eso que esperabas que algún día ocurriese, pero no tenias la esperanzado que así fuese, y sin embargo ocurre.
Esas cartas que tendría que escribir, a todas esas personas que no dije, esas cartas que nunca enviaré y por lo que tampoco tendrán respuesta, eso es lo que tu cabeza piensa y realmente cree.
Y el día menos esperado, un@ de es@s destinatario@s, de esas hipotéticas cartas no escritas, de esos sentimientos guardados por falta de tiempo o valentía. O por miedo a decir, me los calle y me los callo.
Cuando lo creo oportuno los comparto mediante letras de pseudo indirectas, sin un nombre claro, sin un apellido concreto, pero algún@s reciben el mensaje. Sin pretenderlo o no, ese era mi propósito inicial, contaremos me siento, compartirlo, y que esa persona concreta reciba el mensaje.
Cuando nos desnudamos y hablamos lo que nuestra alma y nuestra piel siente, sintió o padece, nunca barajamos la posibilidad de que en algún momento una pseudo, una hipotética carta, nos tenga a nosotros como destinatarios.
Que pasaría entonces? Cómo reaccionaríamos? Que haríamos? Nos callariamos, o por el contrario empezaríamos a decir todo lo que nos hemos callado?
Y de repente, esa persona a la que escribí una demás tantas cartas que no enviaré, la leyó, y se identificó acertadamente como destinatario. Nunca baraje que pidiese ocurrir y va de repente y ocurre...Y ahora que?
Ahora toca hablar, toca decir lo que me callé, lo que quise poner en esas cartas, lo que quise decir mirando a los ojos...
Ahora toca, cerrar capítulo y empezar de nuevo, pues hay muchos por escribir...
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