Dicen que la familia no se elige y que los amigos si, pero tendemos a aguantarle más a los de sangre que a los otros. Y no sé si debiera ser eso así, o por el contrario sería mejor plantar cara y dejarse de tanto trapo caliente.
Estos días de fiestas, comidas familiares y reuniones varias, seguro que más de una riña, discusión , golpe en la mesa ha habido, algunas veces por el exceso de alcohol, que nos hará tener la suficiente valentía para decir lo que pensamos. O también, sobrios de bebidas espirituosas pero ebrios de tanta gilipollez, que hará que explotamos de una manera un tanto desmesurada para quienes nos definen como personas calmadas.
Esto pasa por aguantar más de la cuenta, y con esto no estoy diciendo que tengamos un exceso de sinceridad a diario, o cuando nos encontremos con el cuñado resabidillo soltarle un soplamocos de verdades. O cuando nuestra prima la pila que vuelve del extranjero con su nocivo italiano, nos pasa por las narices sus mega experiencias, mientras tu aquí te arrastras cada día hasta el curro para ganar un sueldecillo decente, esa que no sabia hacer ni la O con un canuto, a esa que te gustaria mandarla de vuelta al pueblo a que.... Que más da, cada uno tiene la familia que tiene.
A la familia seguimos dándole más cancha, porque a un amigo, le diríamos cuatro cosas, o no volveríamos a quedar con él, o le evitaríamos, o no tendríamos la misma relación... Pero la family es la family, y contra eso aunque luches, siempre toca de alguna manera. Y siempre hay una mamá, o un papá, que consigues que audibles ante la invitación de algún evento de esos, donde te lo pasaras bien, pero sin poder evitar que te hagan un par de trajes, la colección entera y de paso despejellen tu vida y la de tu acompañante si lo has llevado, y si no, la ausencia de él.
Y aun así, se les quiere, se les perdona, se les intenta entender, porque a la familia no la escote uno, y toca la que toca.....
No hay comentarios:
Publicar un comentario