Acabo de leer un artículo de esos que vienen en la revista que los domingos con el periódico de turno. El artículo lo firmaba Reverte, pero podía ser de cualquier otro. Os recomiendo que lo leáis, se titula "esas jóvenes hijas de puta" y después cada uno que piense lo que quiera, aunque creo que nadie quedará indiferente.
El ser humano tiene memoria de pez, y más cuando no les toca de cerca y la desgracia la sufre otro. A bote pronto, llora, comparte el dolor del afectado. Reúne ayuda suficiente para solventar la desgracia del otro, pero en cuanto pase unos de tiempo, no mucho, ni se acordará, ni su memoria tendrá presente nada de esas circunstancias del ayer no tan lejano.
El artículo en si, cuenta, narra mucho más que la historia de una adolescente acosada, que termina tragicamente, como muchos casos que ni llegan ni al telediario ni a las noticias de la prensa.
Lo triste de todo esto, son sus palabras certeras, como dardos en el centro de la diana. Cuanta verdad, y que bien retrata a la sociedad en que vivimos.
Estamos rodeados de acosadores, de viles seres humanos que solo entienden su vida machacando al débil. Aunque lo grave no es eso, y con ello no le resto importancia porque la tiene y mucho, lo grave es la cantidad de gente que ve los diferentes abusos, y miran para otro lado. Les quitan importancia por miedo a que salpique.
Somos unos borregos, unos cobardes, por ver oír y callar, no mover los dedos suficientes ante las injusticias y abusos que vemos a diario. Somos partícipes de tales actos, desde el momento en que nos quedamos de brazos cruzados, en el momento en que alguno saque el móvil y lo grabajo pero no llama a nadie para denunciar. Somos consentidores y parte del problema, mirar para el otro lado es casi lo mismo que ejecutar. Y así nos va, aquí nadie dice nada, nadie tiene culpa de nada. Pero nunca nos ponemos en la piel de la víctima, y no hoy, sino siempre, dentro de un mes, de un años, de dos. Cuando ya No abra periódicos, cuando no hablen de ella por que ya no interesa, aunque tras de sí deja muchas personaS desoladas, que lloran, que sufran, que siguen recordando a pesar de que ya no abren telediarios, ni son noticia con carnazA.
Tenemos memoria de pez y conciencia difuminada, solo la sacamos de paseo cuando nos toca de cerca, y digo muy Cerca, porque sino es así, ni reaccionamos. El ser humano, ese ser que mira para otro lado pos si.....
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