Cada día más comunicados y la comunicación es menor. Estamos en Facebook, en Twitter, en grupos de WhatsApp, en Flickr, instagram y no se cuantas historias más. Y aún así muchas de las veces estamos y nos sentimos más solos que la una. Además según vamos formando parte de esa Red virtual, descubrimos que todo tiene grande dosis de irrealidad. Aunque hablemos con gente que conocemos, cuantos nos dicen que están ocupados y los ves en línea, o en Facebook descubrimos que la amiga que están liadisimq y no podía al ir, estaba en la fiesta más marchosa del mes. Y que decir de instagram, donde algunos ponen fotos de otros y de lugares que nunca vio el objetivo de su cámara. Y en Twitter, eso es ya in mundo aparte. Llevo en Twitter bastante tiempo y según pasa más, confirmo lo que pienso, que aquí hay gente que se inventa una vida, un personaje y que representa la función a la perfección. El problema está en que toda obra tiene un final y el telón ha de bajarse y sacarse la máscara, desvestirse y ponerse cada cual su propia ropa. Y cuando llega ese momento la gente se escapa, no son capaces de aceptar su farsa, sus mentiras. Y lo peor de todo susto, es las consecuencias de ellos, que siempre tienen daños colaterales e inesperados.
Buscamos estar comunicados y olvidamos que encontramos incomunicación. De que sirve estar conectados si toda esa conexión es irreal, imaginaria y llena de mentiras. Poco sirve tener amigos en todas las partes del mundo o en cualquier lugar, si lo que conocen de uno no se asemeja a la realidad más que en el nombre y la ciudad. Si no les damos la oportunidad de saber quienes, como y de donde somos, la idea que se formarán de nosotros, será imaginaria y muy distante de la esencia real. Y eso no es comunicación y por mucho que queramos jamas lo será.
Si decides abrir una cuenta, o traspasar el muro de la realidad por la virtualidad, no olvideis que detras de cada avatar, de cada foto, de cada nombre... Hay una persona que siente, que padece, que sufre, que se enamora, que patalea, que estudia, que trabaja, que tiene vida, y que la falta de sinceridad pata con ellos sólo es una brecha para con nosotros.
Mucha comunicación y más desconectados que nunca.
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