Esto me trajo una imagen a la memoria, una imagen de mi infancia. Cuando mi abuela tendía la ropa en aquel cordel, que iba de palo a palo. En aquel campo, que daba lo mismo la época del año, siempre estaba verde. Y el cordel estaba tenso, o eso parecía, y alto muy alto, eso también era porque mi altura no era mucha.
Mi abuela tenia cierta maestría colgando la ropa, ordenada por tamaño, colores, tejidos.... Suena a raro, pero así lozanía, y parecía un cuadro pintado.
A mi me gustaba torear la ropa, jugar con el viento cuando la meneaba, era un baile desacompasado, y aun así, era un placer y un divertimento para mi.
Ahora no nos paramos a colocar la ropa en el tendal, por colores, o tamaños. Con las prisas y lo apurados que andamos, solo queremos que seque y cuanto antes mejor. Lo estético ya lo dejamos para otras cosas.
Debo reconocer, que ciertos tendales, de aquella época, no sólo el de mi abuela, eran dignos de observar. Además la ropa tendida, nos dice mucho de la persona, o personas que viven en esa casa. No saben imaginar o deducir que hacen, o si han tenido una celebración, y alguna cosilla más. Pero el tendal que más me gustaba ver, era el de la señorita....., no daré el nombre, viuda joven y con mucho estilo para vestir por fuera, y por su tendal, creo que el mismo esmero ponía en el interior...cada uno pensara muchas cosas y con razón.
La ropa se lava en casa, pero después de lavada hay que tenerla, así que coloquemos con arte, y con esmero, que siempre habrá alguien que la mire, y quien sabe si.....
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