Esta semana, han aparecido datos, miguitas, noticias de dos personas, personas importantes en mi vida, que hacía mucho tiempo con las que no hablaba. Una lo hizo mediante una llamada. Sorprendida y casi sin mucho que decir, me dejó. El tiempo hace que las perspectivas cambien, que las cosas varíen, y que lo importante sea secundario o al revés. Me alegró, siempre es bueno saber de alguien que le deseas lo mejor.
La otra noticia llego de rebote, pero con toda intención de que llegara a mi alta y clara. Esta última me descolocó más si cabe. Por que la gente tarda tanto en volver? Todos tenemos derecho a equivocarnos, y más derecho aun a reconocerlo. El tiempo pasa, y nos cuesta dar un paso para reconciliarse, y cuando nos descuidamos ya no podemos hacerlo y eso nos recome por dentro.
Como tengo la mala costumbre de no ser rencorosa y siempre dar una oportunidad, he vuelto a abrir la puerta, aunque no de toda la casa, de la sala. Rencorosa no, pero cauta si. Que cuando un plato se rompe no vuelve a ser el mismo, por mucho que lo paguemos, o se repone por otro o se romperá.
Las noticias son bien recibidas, aunque navegantes, mejor en persona, a la cara y mirando a los ojos...
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