Cuantas veces he dicho, ponte en mis zapatos y despues opina. Pero ahora, cuando lo pienso creo que aunque alguien se pone nuestros zapatos, seguramente no le hagan el daño que a nosotros, ni ampollas donde nos las hacen a nuestros pies. No está claro que por mucho que alguien se calce nuestro zapatos sienta el mismo dolor, o la misma felicidad. Cada pie es de una manera y se adapta al zapato según puede. No todos llevamos el mismo número por lo que a unos les quedará pequeños y a otros al primer paso les caiga.
Lo importante, es intentar cazarlos, y a pesar de que no nos siente como a su dueño, podamos sentir lo que el al llevarlo puesto. Ser capaz de empatizar, de tener sensaciones similares. Nadie te asegura que podrás llegar a entender sus pisadas, pero el esfuerzo de intentar hacerlo merece la pena.
Te has puesto los zapatos de otro alguna vez? La primera sensación, aunque sea el mismo número que el que tu llevas,el pie se encuentra extraño, pues el zapato esta adaptado a su pie. Después de un rato con ellos, podemos sentirnos cómodos, o por el contrario desear quitarlos. Cualquier sensación producida es positiva, ya que con ello el entender al otro es más sencillo.
Me gustan mis zapatos, y me cuesta horrores prestarlos, pero a veces es necesario, para que entiendan porque camino así, porque piso de una u otra manera, y el porqué de la huella que dejó.
Intenta ponerte los zapatos de otro y no niegues la oportunidad a los demás de poner los tuyos.
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