Somos prisioneros de nuestros miedos. Esa cárcel es imaginaria, sin barrotes de hierro. Los barrotes se construyen cada vez que no los enfrentamos, que retrocedemos a la hora de superarlos. El miedo ese fantasma ínfimo, que con el tiempo y a base de alimentarlo crece hasta el punto que nos devorar las entrañas.
El miedo cada uno tiene el suyo, y nadie, y digo nadie está libre de él. El miedo nace de la forma más inverosímil, y de nosotros depende como gestionarlo. No enfrentarnos a el, no nos hace más cobardes, o peores. Con el miedo se vive, depende a que, el miedo está presente en el día a día, y a veces ni lo vemos, ni lo sentimos, pero está.
Miedo, o miedoso, es una palabra que no nos gusta usar, y menos aún reconocer tenerlo. Lo solapados con exceso de osadía ante ciertas situaciones. Evitamos que los demás los perciban, y muchas veces ni nosotros mismos somos conscientes de ellos.
Y con el tiempo, empezamos a conocerlo, a hablar su idioma, a saber acallado cuando se pone nervioso. A que vencerlo, e incluso alimentarlo cuando fallece.
El miedo es universal, todos tenemos alguno, lo primero es reconocerlo y conocerlo y poco a poco ir enfrentándose, poco a poco, sin prisa pero sin pausa. Cada vez que le dejamos vencer se hace más fuerte, sometiéndonos a una cárcel imaginaria llena de barrotes. El habitáculo será más pequeño, faltando el oxígeno, debilitando nuestras fuerzas.
El miedo se mira de frente, manteniéndose la mirada, fijando nuestros ojos en los suyos, y convencidos de que esta vez lo vamos a vencer. Y con seguridad, y paso firme, irá desapareciendo, y a pesar de no hacerlo del todo, seremos capaces de convivir con el, de tolerados mutuamente. Y lo más importante, que no sea más fuerte que nuestra voluntad, y con ello ser libres de poner hacer y decir lo que hasta ese momento el miedo no nos dejó, y nos manipuló para someternos a una cárcel a la que ya no volveremos. Los miedos muchas veces son infundados, solo enfrentándolos desaparecen.
No olvidemos que hasta el más fuerte tiene el suyo, simplemente lo ha aprendido a gestionar y no dejar que le domine. O me vas a decir, que tu no tienes algunmiedo oculto?
No hay comentarios:
Publicar un comentario